Alerta sanitaria: 40% de los medicamentos en México son irregulares

Un cuarenta por ciento de los medicamentos que se consumen actualmente en México son considerados irregulares, según datos aportados por Juvenal Becerra Orozco, líder de la Unión Nacional de Empresarios de Farmacias (Unefarm).

 

Esta cifra representa un incremento preocupante del diez por ciento en comparación con los niveles registrados a principios de 2024, una tendencia ascendente que los especialistas atribuyen directamente al desabasto de medicamentos en el sector público.

 

Los factores detrás de este fenómeno son múltiples y complejos. Por un lado, el envejecimiento progresivo de la población incrementa la demanda de tratamientos para padecimientos crónico-degenerativos. Por otro, el entorno digital ha facilitado que los ciudadanos accedan a medicinas a través de una creciente escalada de sitios web irregulares y cuentas en redes sociales que las expenden sin ningún tipo de regulación o control sanitario.

 

Becerra Orozco explicó esta situación durante su participación en el 15 Congreso Nacional de Farmacias, subrayando la gravedad del problema. Sin embargo, el desabasto en las instituciones de salud pública emerge como un catalizador fundamental de esta crisis.

 

Ante la imposibilidad de obtener sus tratamientos en hospitales y clínicas del gobierno, los pacientes se ven forzados a buscar alternativas en el sector privado. En este escenario, las farmacias independientes han intentado desempeñar un papel de apoyo, esforzándose por mantener el abastecimiento y ofrecer precios accesibles para paliar, en la medida de lo posible, la falta de medicamentos esenciales.

 

La labor de estas farmacias se ha vuelto crucial para que las personas puedan continuar con sus terapias, aunque esto no mitiga el riesgo asociado a los canales no regulados. Frente a esta realidad, el líder de la Unefarm hizo un llamado enérgico a la sociedad para evitar la compra de medicamentos en tianguis, locales sin certificación o plataformas digitales sin regulación, prácticas que representan un riesgo severo para la salud.

 

La advertencia es clara: adquirir productos médicos en estos circuitos informales puede tener consecuencias graves, ya que no existe garantía sobre su origen, composición o condiciones de almacenamiento.

 

Para identificar un medicamento genuino, Becerra Orozco recomendó a los consumidores examinar con minuciosidad detalles específicos. Es fundamental revisar la cromática y la tipografía del empaque, buscando claridad y alta calidad tanto en el envase primario como en el secundario. Además, es imperativo verificar el número de lote, la fecha de caducidad, el registro sanitario y el nombre del laboratorio fabricante. Estas precauciones básicas pueden ser la diferencia entre un tratamiento efectivo y uno que ponga en peligro la vida.

 

El gancho principal de los productos irregulares es, sin duda, su precio significativamente más bajo en comparación con las farmacias establecidas. Esta diferencia de coste tiene una explicación alarmante: puede tratarse de un medicamento clonado, con empaques alterados o, en el peor de los casos, con principios activos incorrectos o inexistentes.

 

La sofisticación de las falsificaciones ha alcanzado un nivel tal que incluso la inteligencia artificial se está utilizando para crear empaques y etiquetas que imitan con gran precisión a los de los productos originales, lo que dificulta aún más la labor de discernimiento por parte del ciudadano común.

 

Esta situación no solo representa un desafío para la salud individual, sino que plantea una seria amenaza para la salud pública nacional, requiriendo una respuesta coordinada entre autoridades, profesionales de la salud y la propia ciudadanía.

ANUNCIATE CON NOSOTROS

Scroll al inicio