Almada defiende la decisión arbitral en el partido contra América

Foto: Agencia Reforma.

En mi larga trayectoria en el mundo del fútbol, pocas cosas generan más debate que las decisiones arbitrales en partidos decisivos. Guillermo Almada, estratega de Pachuca, lo sabe bien. Tras la polémica tarjeta roja anulada al portero Iván Moreno en el duelo ante América, el uruguayo no dudó en responder a las críticas de André Jardine, técnico de las Águilas, con una mezcla de ironía y contundencia.

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“La jugada fue offside, punto. No hay mucho que discutir”, afirmó Almada en la rueda de prensa, soltando una carcajada que revelaba su seguridad. “América no está en posición de quejarse del arbitraje después de todo lo que hemos visto esta temporada”. Esa firmeza, aprendida en años de bancos y partidos calientes, demuestra cómo un entrenador experimentado maneja estas situaciones: sin entrar en provocaciones innecesarias, pero defendiendo a su equipo con datos.

Jardine, por su parte, insistió en que la acción merecía expulsión. “Para mí fue roja clara”, declaró, aunque con la prudencia de quien prefiere analizar las imágenes antes de profundizar en la polémica. Esa cautela es comprensible; he visto cómo declaraciones apresuradas pueden escalar conflictos innecesarios. El VAR, esa herramienta que prometía acabar con las dudas, sigue generando más preguntas que respuestas en momentos clave.

El partido, cerrado y táctico, dejó en evidencia cómo estos duelos se deciden en detalles. Moreno, inicialmente expulsado por derribar a Henry Martín, recibió un revés cuando el árbitro rectificó tras revisar el fuera de juego. Esas jugadas marcan carreras y, a veces, temporadas. Almada lo sabe: “No cambiaremos nuestro estilo, sea local o visitante”. Esa mentalidad, forjada en partidos como este, es lo que separa a los buenos técnicos de los grandes.

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