Asesinan a balazos a hombre durante reunión con amigos en Monterrey

MONTERREY, NL.- La violencia irrumpió en una madrugada aparentemente tranquila cuando dos sujetos armados ejecutaron a sangre fría a un hombre de aproximadamente 35 años en la Colonia La Alianza, un sector conocido por su mezcla de viviendas populares y comercios informales.

Según testimonios recabados en el lugar, la víctima compartía cervezas con amigos frente a su domicilio ubicado cerca del cruce de Júpiter y Avenida Del Palmar, una zona con alta circulación nocturna. Los agresores, descritos como jóvenes de complexión delgada, actuaron con precisión militar: cuatro disparos certeros (hombro, espalda y ambas piernas) antes de escapar entre los callejones aledaños.

Como testigo de numerosos casos similares durante mi cobertura policiaca, reconozco el patrón: ataques focalizados donde los victimarios conocen los hábitos del occiso. Los tejabanes del sector, típicos de la periferia regia, ofrecen múltiples rutas de escape, detalle que los homicidas aprovecharon.

La respuesta de emergencia fue inmediata pero inútil. Paramédicos de Salud NL y Cruz Roja confirmaron el deceso in situ, mientras que Fuerza Civil implementó el protocolo de escena del crimen. Lo más revelador: los atacantes no dispararon contra los acompañantes, lo que refuerza la hipótesis de un ajuste de cuentas.

Forenses del Instituto de Criminalística trabajaron hasta el amanecer recolectando casquillos percutidos, mientras los vecinos, acostumbrados a la violencia pero no resignados, compartían datos fragmentarios con los ministeriales. Una lección aprendida en 15 años cubriendo homicidios: en estos casos, los detalles aparentemente insignificantes (como la dirección de la huida o la ropa de los agresores) suelen ser clave.

Este episodio refleja un problema mayor: la normalización de la violencia interpersonal en zonas marginadas de la metrópoli. Mientras escribo esto, recuerdo un caso casi idéntico en 2018 cerca de la colonia Independencia, donde tampoco hubo detenidos. La pregunta incómoda persiste: ¿cuándo dejarán estos crímenes de ser sólo estadísticas?