El decreto que apareció justo después de la marcha

“La Generación Z pidió futuro, y el Estado respondió con un decreto que ni existe.”

En la banqueta, un conscripto miraba su cartilla militar recién sellada como si fuera un mensaje cifrado. “Tres meses… nomás tres”, murmuró. Y detrás de él, un grupo de chavos con bandanas de anime —los mismos que marcharon el 15 de noviembre— levantaban el celular como si la decisión hubiera caído del cielo. Parecía casualidad… pero tenía el olor suavecito de una orden dictada desde un lugar más alto que SEDENA y más silencioso que el DOF.

Todo comenzó después de la Marcha Gen-Z: ese enjambre juvenil que se movió como si alguien hubiera sincronizado miles de pasos con un solo pulgar. La protesta explotó, los drones flotaron, los hashtags tronaron… y al lunes siguiente, México amaneció con un “anuncio” de reforma al Servicio Militar Nacional: 13 sesiones, tres meses, liberas y vámonos. Ni publicado, ni firmado, ni visible. Un decreto Schrödinger: existe y no existe, depende del observador.

La coincidencia era tan precisa que la banqueta se llenó de teorías. “¿Y si esto es para calmar a la Generación Z?”, decía un taxista filosófico. “Les reduces el SMN, les das un gesto de ‘modernización’ y apagas la mecha antes de que se prendan otra vez.” La juventud marchó exigiendo desmilitarización y democracia… y a cambio reciben un servicio militar exprés. Si eso no es efecto placebo de Estado, yo ya no sé qué creer.

La escena más reveladora: un grupo de reclutas veía TikTok durante la instrucción. Los videos mostraban la marcha y, entre clips, el anuncio del nuevo SMN. Nadie se preguntaba por qué ambos temas se estaban empalmando en el algoritmo. Era como si las plataformas hubieran recibido un manual de “gestión emocional generacional”:
Paso 1: presenten la protesta.
Paso 2: presenten la solución a una protesta que ni pedía eso.
Paso 3: minimicen la inconformidad.
Un manual tan perfecto que daba miedo.

Y mientras tanto, en los escritorios oficiales, el decreto no aparece. Ni DOF, ni PDF, ni circular formal. Solo notas de prensa repetidas hasta sonar sólidas. Como si la reforma fuera más un mensaje político que una realidad jurídica. “Si calmamos a los jóvenes, ya después publicamos el decreto”, parece decir la burocracia, esa señora que siempre llega tarde a su propio anuncio.

Al final comprendí la jugada: no es que la Generación Z haya cambiado al Ejército… es que el Ejército aprendió la primera regla de la era digital: si un problema se viraliza, responde con un anuncio, no con una ley.

La tropa se forma en tres meses… la narrativa, en tres días. Y en este país, eso pesa más que cualquier decreto.

Columan elaborado por :

La sombra desde la banqueta

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