El Senado en modo ring: de tribuna a trifulca

“En el Senado no se cantó el Himno, se narró una pelea… y los aplausos fueron por los golpes, no por la patria.”

El Senado mexicano presumía solemnidad, pero anoche se quitó la corbata y se puso los guantes. Todo empezó con un tema que ya venía caldeando ánimos: la propuesta de que México acepte ayuda militar de Estados Unidos para enfrentar a los cárteles. Un asunto que toca fibras patrióticas, egos de poder y, claro, negocios turbios.

Alejandro “Alito” Moreno, presidente del PRI, exigía hablar. Gerardo Fernández Noroña, hoy presidente de la Cámara Alta, lo mandó a sentarse. Micrófono cerrado, orgullo abierto. Fue cuestión de segundos: Alito subió al estrado, lo tomó del brazo y comenzó la escena que ahora circula en todas las redes.

El Senado se convirtió en ring:

Empujones, jaloneo  y gritos dignos de gallera.

Noroña forcejeando para zafarse mientras Alito se veía más furioso que diputado sin presupuesto.

Un camarógrafo terminó lesionado, como si la patria lo hubiera reclutado como sparring involuntario.

Lo más surrealista: todo pasó mientras sonaba el Himno Nacional. Como si la música quisiera cubrir la vergüenza, el “mexicanos al grito de guerra” se volvió literal… pero entre senadores.

La sesión terminó suspendida en medio de insultos y acusaciones. Noroña ya pidió la expulsión de Alito y de otros legisladores implicados, en un intento de recuperar la compostura institucional. Pero el daño está hecho: el Congreso se vio más cercano a un palenque que a un parlamento.

Y aquí el giro burlón: la pelea se dio en medio de un debate sobre si México debe aceptar marines de EE.UU. para combatir al crimen organizado. Después de verlos, quizá la respuesta no sea enviar tropas extranjeras… sino un árbitro de la WWE para que ponga orden en la Cámara Alta. Porque si los legisladores ya se reparten trancazos entre ellos, ¿qué quedará cuando les toque enfrentar a los narcos?

Elaborado por :

La sombra desde la banqueta