El sector abarrotero de Matamoros atraviesa uno de sus periodos más complicados de los últimos años, luego de registrar una disminución superior al 16 por ciento en sus ventas comparado con ejercicios anteriores, informó el empresario del ramo, Lauro Peña.
Peña describió el año como “muy difícil”, destacando que la baja actividad comercial se combinó con incrementos en obligaciones operativas y disposiciones gubernamentales que han elevado los costos para los negocios. Entre estas, mencionó mayores cargas en prestaciones y requerimientos laborales, lo que —expresó— genera dificultades para sostener la operación cotidiana.
El empresario señaló que, mientras 2023 cerró con indicadores aceptables, el 2024 marcó la caída y el 2025 ha profundizado la tendencia, afectando a pequeños y medianos comercios que hoy enfrentan ventas mínimas y gastos crecientes.
Ante este panorama, Peña advirtió que numerosos establecimientos ya optaron por cerrar, mientras otros migran a esquemas informales para reducir gastos y mantener su actividad. Esta salida del mercado formal, dijo, es una consecuencia directa del escenario económico que enfrentan.
El empresario agregó que, frente a la reducción en ingresos, muchos comercios se ven obligados a reorganizar turnos y horarios para sostener las jornadas más rentables, concentrando su operación en días de mayor movimiento como jueves, viernes y sábado.
Al ser cuestionado sobre los giros más afectados, explicó que prácticamente todo tipo de tiendas de abarrotes enfrenta la misma presión: bajas ventas, costos elevados y una recuperación que no termina de llegar.
Peña concluyó que la incertidumbre se mantiene para los próximos meses, aunque el sector espera que se estabilice la actividad comercial para evitar que más negocios sigan saliendo del mercado.
