Desde la Trinchera: Un Vistazo a la Columna Vertebral del Proyecto
En mis años de experiencia en megaproyectos de infraestructura, he aprendido que el porcentaje de avance físico, como el 4.8% reportado, a menudo oculta la verdadera complejidad. Lo crucial no es el número en sí, sino la activación simultánea de múltiples frentes. El general Gustavo Ricardo Vallejo Suárez, comandante del Agrupamiento de Ingenieros “Felipe Ángeles”, confirmó lo que en campo sabemos: con 14 frentes de trabajo operando al unísono, el proyecto del Tren México-Querétaro ha superado la fase de planeación y está inmerso en la ejecución tangible. Es como encender varios motores a la vez; el despegue inicial parece lento, pero la inercia que se genera es imparable.
La verdadera prueba de fuego en un corredor de 226 kilómetros de vía doble no es solo tender rieles, sino integrar la obra con el territorio existente. Actualmente, el esfuerzo se concentra en una tarea crítica y delicada: la construcción de nuevos puentes vehiculares para salvar el nuevo trazo ferroviario en el acceso a Querétaro. Esto, querido lector, es donde la teoría choca con la realidad. Un error de cálculo aquí no solo retrasa el tren, sino que paraliza el tráfico de una ciudad entera. La lección es clara: la ingeniería social de minimizar el impacto en la vida diaria de las personas es tan vital como la ingeniería estructural.
La Dinámica de los Frentes de Obra y el Capital Humano
El general Vallejo detalló una estrategia que he visto triunfar en proyectos de gran envergadura: la división especializada del trabajo. De esos 14 frentes de obra, doce se dedican a la construcción pesada—viaductos, plataformas y vías— mientras dos se enfocan en los estudios de ingeniería. Esta separación es fundamental. Los equipos de estudios son los exploradores que allanan el camino, identificando riesgos y soluciones antes de que la maquinaria pesada avance. Es una danza coreografiada entre la planificación y la acción, diseñada para lograr una construcción más expedita.
Pero ningún plan, por brillante que sea, funciona sin las personas. La generación de aproximadamente 8,500 empleos, una cifra que sigue en aumento, es el termómetro más fidedigno de la salud del proyecto. Recuerdo en obras pasadas cómo la inyección de empleo local no solo impulsa la economía, sino que construye un sentido de pertenencia y orgullo en la comunidad. Cada uno de esos puestos de trabajo representa una familia y un incentivo para que la obra salga adelante. Es el capital humano convirtiéndose en el activo más valioso de la infraestructura.
Lecciones en Paralelo: El Caso del Tren CDMX-Pachuca
Un experto siempre busca patrones y aprendizajes transversales. El reporte del Tren CDMX-Pachuca, con su avance del 9.10% en un tramo más corto de 57.6 kilómetros, ofrece una perspectiva valiosa. Las tareas específicas que menciona el comandante—perforación, colado de pilas, armado y cimbrado de zapatas, y montaje de columnas—son la columna vertebral de cualquier viaducto ferroviario moderno.
La lección acumulada que puedo compartir es que esta fase, aunque menos visible que un puente terminado, es la más determinante para la seguridad y longevidad de la obra. Un viaducto es una cadena; su eslabón más débil define su fuerza. La meticulosidad en cada perforación y cada colado es lo que, años después, permitirá a los pasajeros viajar con la absoluta confianza de que están sobre una base sólida, construida con el conocimiento de quienes han visto lo que funciona y lo que no en el exigente mundo de la ingeniería aplicada.


















