Adiós a un pilar de la fe en la era digital
Jeffrey R. Holland, una figura central en la cúpula directiva de La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días y próximo en la sucesión apostólica para presidir la organización mundial, ha fallecido a los 85 años.
El deceso ocurrió este sábado en Salt Lake City, epicentro global del mormonismo, debido a complicaciones derivadas de una enfermedad renal, según confirmó la institución en sus canales oficiales.
Holland ejercía su liderazgo desde el Quórum de los Doce Apóstoles, el órgano de gobierno que define la doctrina y supervisa el complejo entramado empresarial y religioso de esta confesión. Su posición como el apóstol de mayor antigüedad después del presidente Dallin H. Oaks lo situaba como el sucesor natural para guiar a una comunidad de más de 17 millones de fieles.
Con su partida, la sucesión jerárquica recae ahora en Henry B. Eyring, de 92 años, principal consejero en la actual presidencia. La vacante en el Quórum será cubierta en los próximos meses, manteniendo la tradición de un sacerdocio exclusivamente masculino.
Un legado entre la tradición y la polémica
Más allá de la administración eclesiástica, el nombre de Holland quedó grabado en la cultura contemporánea por su emblemático discurso de 2021. En él, instó a los creyentes a empuñar “mosquetes” metafóricos para defender la doctrina tradicional frente al matrimonio igualitario. Este sermón, bautizado coloquialmente como “el discurso del fuego de mosquete”, se convirtió en lectura obligatoria para los estudiantes de primer año de la Universidad Brigham Young en 2024, desatando un intenso debate sobre inclusión y generando alarma entre las comunidades LGBTQ+ y sus aliados.
Su trayectoria previa al liderazgo supremo estuvo marcada por la gestión académica. Nacido en St. George, Utah, Holland fue el noveno presidente de la Universidad Brigham Young, la institución educativa insignia del mormonismo, entre 1980 y 1989, y supervisó todo el sistema educativo global de la Iglesia.
El gobernador de Utah, Spencer Cox, también feligrés de la Iglesia, rindió homenaje a Holland, afirmando: “Sus palabras tenían una forma de resonar en lo más profundo como ninguna otra. En momentos de crisis o incertidumbre, siempre acudía a ellas y encontraba claridad y paz”.
Jeffrey R. Holland deja un legado familiar que incluye a sus tres hijos, trece nietos y varios bisnietos. Le precedió en el fallecimiento su esposa, Patricia Terry Holland.
