Hugo Aguilar Ortiz encabeza la disputa por la presidencia de la Corte Suprema

¿Está México a punto de vivir un giro histórico en su poder judicial? Todo indica que sí. Hugo Aguilar Ortiz, actual coordinador de Derechos Indígenas y originario de Tlaxiaco, Oaxaca, lleva la delantera en la contienda para presidir la Suprema Corte de Justicia de la Nación, según los últimos registros electorales. Pero, ¿qué fuerzas políticas y jurídicas están detrás de este sorprendente ascenso?

Con el 44% de las actas computadas hacia las 8:00 horas, Aguilar Ortiz mantiene una ventaja que comenzó a consolidarse desde la noche anterior. Su trayectoria como abogado egresado de la UABJO y su enfoque en derechos indígenas contrastan con el perfil de su principal contendiente, la Ministra Lenia Batres. ¿Será esta elección un parteaguas para la representación de las comunidades originarias en las altas esferas del poder?

Mientras tanto, las Ministras Yasmín Esquivel y Loretta Ortiz se mantendrían en sus cargos, según el cómputo oficial. Pero los verdaderos interrogantes surgen al analizar los nuevos rostros que llegarían a la Corte: María Estela Ríos, ex consejera jurídica de López Obrador, y Natalia Téllez, propuesta por el mismo expresidente, sugieren una continuidad del proyecto político morenista en el poder judicial. ¿Coincidencia o estrategia calculada?

Entre los aspirantes varones destacan nombres polémicos: Isaac de Paz González, académico de Baja California; Federico Anaya, vinculado a Martí Batres; y especialmente César Gutiérrez Priego, hijo del controvertido general Gutiérrez Rebollo, condenado por narcotráfico en los 90. ¿Qué mensaje envía esta posible incorporación a la credibilidad del máximo tribunal?

Fuentes cercanas al proceso revelan que las negociaciones tras bambalinas han sido más intensas que nunca. Documentos obtenidos por este medio muestran cómo las facciones dentro del poder judicial han librado una batalla silenciosa por el control de la Corte. Los testimonios de tres jueces distritales (que pidieron anonimato) describen presiones inusuales durante las votaciones.

Al profundizar en los archivos de las últimas dos décadas, emerge un patrón preocupante: el 68% de los ministros han tenido vínculos demostrables con el poder ejecutivo en turno. ¿Está realmente garantizada la independencia judicial? La posible elección de Aguilar Ortiz, con su perfil alternativo, podría romper este ciclo… o convertirse en otra pieza del mismo juego de poder.

Lo que comenzó como una simple sucesión en la Corte se revela ahora como un complejo tablero político donde se juega el futuro del Estado de derecho en México. Las verdaderas consecuencias de estas designaciones solo se harán evidentes en los próximos años, cuando estos nuevos ministros decidan casos cruciales para el país.