CIUDAD DE MÉXICO.- En un comunicado que destila la fría precisión burocrática, la Secretaría de Marina (Semar) anunció esta tarde que el cómputo de víctimas mortales del descarrilamiento del Tren Interoceánico, ocurrido en el estado de Oaxaca, se ha estabilizado en la cifra de trece. Además, informó que al menos treinta y cuatro personas permanecen hospitalizadas recibiendo tratamiento médico especializado, un número que, a diferencia de las condolencias, no está sujeto a revisión.
La maquinaria estatal se pone en marcha tras la tragedia
Con la eficacia metódica de quien cierra un expediente, la dependencia señaló que ya fueron recuperados los restos de los trece ciudadanos que, en el eufemismo oficial, “perdieron la vida“. Para brindar “mayor información y orientación” a los familiares de los afectados —un concepto que abarca desde la desesperación hasta la burocracia del duelo—, la institución comunicó que la Secretaría de Gobernación ha habilitado un número telefónico de atención. Así, el dolor se canaliza a través de una línea digital, donde la solidaridad estatal espera en tono de marcado.
El ritual de las condolencias en el registro oficial
La Semar, en un ejercicio de retórica institucional, reiteró “sus más sentidas condolencias” a los deudos, “reiterando su solidaridad y acompañamiento en estos momentos”. Una fórmula lingüística tan pulcra y predecible como los boletines que anuncian inauguraciones, donde la tragedia se envuelve en el papel celofán de la comunicación gubernamental, lista para ser archivada una vez que la noticia deje de ocupar titulares.















