La Metamorfosis Forzada de un Coloso
Las imágenes que han comenzado a circular no mienten. Detrás de las vallas y el ruido de la maquinaria pesada, una verdad incómoda se hace visible: la reconfiguración del Estadio Banorte, el antiguo Coloso de Santa Úrsula, avanza con una premura que soslaya su herencia histórica. Nuestra investigación revela que esta no es una simple renovación; es un cambio de identidad profundo y deliberado.
¿Por qué se ha optado por eliminar los emblemas que durante décadas han definido a este recinto? Fuentes cercanas al proyecto, que prefirieron mantener el anonimato, confirman que la icónica cabecera norte, que por años exhibió con orgullo el monumental escudo del Club América, será suprimida por completo. En su lugar, se erige una exclusiva área corporativa VIP, un espacio diseñado para un público selecto, alejando simbólica y físicamente al aficionado común del terreno de juego.
Pero la evidencia más contundente, la que ha encendido las alarmas entre la comunidad americanista, yace en la paleta de colores. Las nuevas butacas, según documentación a la que hemos tenido acceso, no serán del característico amarillo o azul. Sorprendentemente, se instalarán asientos en tonalidades rojas y blancas, una gama cromática que representa directamente al archirrival, el Club Guadalajara. Este movimiento, ¿responde a una estrategia de neutralidad para el Mundial o es un acto de desvinculación deliberada del club local?
La declaración de la jefa de gobierno, Clara Brugada, fijando la reinauguración para el 28 de marzo ante un posible partido contra Portugal, parece priorizar el calendario internacional sobre la memoria sentimental. El interrogante que persiste es: ¿dónde queda la soul del estadio? La transformación va más allá de lo estructural; es una reescritura de su narrativa. El inmueble, que será bautizado como ‘Estadio Ciudad de México’ para la Copa del Mundo, emerge de esta reforma no solo modernizado, sino despojado de los símbolos que lo hicieron un templo para millones. La conclusión es ineludible: el Coloso se levanta con un nuevo rostro, pero a un costo que muchos aficionados consideran demasiado alto: la pérdida de su alma.
















