Matamoros, Tam.— Luego de ocho años de brindar asistencia médica y apoyo humanitario, la organización internacional Médicos Sin Frontera se retiró de Matamoros, Tamaulipas, al registrarse una disminución considerable en el flujo migratorio tras el cierre de la frontera de Estados Unidos para solicitantes de asilo político.
La agrupación estuvo conformada por un equipo de 50 voluntarios, distribuidos entre Reynosa y Matamoros, quienes esta semana concluyeron formalmente sus actividades en la región.
Durante su permanencia en Matamoros, la corporación centró su labor en la atención a migrantes asentados en los campamentos improvisados a la orilla del río Bravo, así como en el albergue temporal instalado en las instalaciones del antiguo Hospital General “Dr. Alfredo Pumarejo”.
Además de su intervención directa en la crisis migratoria, la organización también participó en la atención durante la emergencia sanitaria por Covid-19, apoyando en la instalación de campamentos y ofreciendo servicios médicos a la población más vulnerable.
De acuerdo con estimaciones de la propia agrupación, a lo largo de estos años se brindaron más de 60 mil atenciones, entre servicios médicos, asistenciales y educativos, tanto a personas migrantes como a la comunidad local.
Autoridades de salud locales reconocieron que la presencia de Médicos Sin Frontera resultó fundamental para atender emergencias y cubrir necesidades en momentos de gran presión para el sistema de salud pública.
Con su salida, diversas asociaciones civiles y albergues locales han manifestado la necesidad de reforzar esfuerzos para garantizar atención a quienes aún transitan por la frontera, pese a que el flujo migratorio actual es mínimo en comparación con años anteriores.
Médicos Sin Frontera concluyó su estancia en Matamoros reafirmando su compromiso global de apoyar a poblaciones en crisis, y dejó abierta la posibilidad de regresar en caso de que se reactive una situación humanitaria de emergencia en la región.