Noroña y Alito: del Senado a la Arena Coliseo

“En lugar de debate, tuvimos función estelar. El Senado se volvió Arena Coliseo y los senadores, luchadores de medio tiempo.”

Alejandro “Alito” Moreno, que presume colmillo de viejo priista, terminó pidiendo refugio en el Mecanismo de Protección de Periodistas y Defensores de Derechos Humanos. ¿La razón? Dice que Noroña lo amenazó tras la bronca que dejó hasta camarógrafo lesionado. Ironía pura: el “zorro” del PRI convertido en “damisela en apuros” pidiendo guardaespaldas oficiales.

Pero el golpe no lo recibió Morena, sino la oposición. La trifulca, en vez de fracturar, soldó al oficialismo en un mismo bloque. Noroña, con su estilo de chile habanero, fue pegamento improvisado: pica, incomoda, pero nadie se atreve a sacarlo del guiso.

No conforme con incendiar aquí, se fue a Miami y le aventó un “cretino” al cónsul mexicano por aplaudir condiciones “dignas” en el centro migrante Alligator Alcatraz. Diplomacia estilo chanclazo: ruidosa, callejera y con eco viral.

Y como toda tragicomedia necesita un giro, aparecieron los lujos: casa de 12 millones en Tepoztlán y camioneta de 1.5 millones. Todo legal, pero chocando de frente con la bandera de “austeridad republicana”. Sheinbaum pidió unidad como quien tapa fuga de agua con un chicle.

Y mientras en el Congreso se oyen risas y murmullos, la pregunta flota:

¿Estamos viendo a un líder político en apuros o a un actor que ya ensaya para la próxima temporada de La Rosa de Guadalupe?

Elaborado por :

La sombra desde la banqueta.