A partir del 26 de diciembre, entran en vigor nuevas normas migratorias en Estados Unidos que afectarán de manera directa a los residentes permanentes, en especial a aquellos con doble nacionalidad que pasan largos periodos fuera del país o que reciben beneficios en el extranjero, como en México.
De acuerdo con las disposiciones anunciadas por el gobierno estadounidense, los residentes permanentes ya no podrán permanecer de forma prolongada fuera del territorio de Estados Unidos sin poner en riesgo su estatus migratorio. Las autoridades migratorias reforzarán el criterio sobre el tiempo considerado “adecuado” de ausencia, y estancias extensas podrían interpretarse como abandono de la residencia.
Uno de los puntos que más preocupa a la comunidad binacional es que, a partir del 26 de diciembre, los residentes permanentes no podrán solicitar ni recibir beneficios públicos, sociales o gubernamentales de otro país, incluidos pagos de pensión para personas de 65 años o más u otros apoyos económicos. Esta práctica podría ser considerada como una renuncia tácita a la intención de residir en Estados Unidos, aun cuando la persona tenga doble nacionalidad.
Las autoridades advirtieron que el incumplimiento de estas reglas puede traer consecuencias severas, entre ellas la revocación de la residencia permanente, especialmente para quienes vivan principalmente en México o pasen demasiado tiempo fuera de Estados Unidos.
Ante este escenario, se recomienda a los residentes estadounidenses con doble nacionalidad informarse a detalle, revisar sus tiempos de estancia fuera del país y consultar con especialistas en migración, ya que las nuevas reglas comienzan a aplicarse oficialmente el 26 de diciembre y podrían afectar de forma directa su estatus legal.

















