Espectáculos
Pedro Fernández y el circo folclórico del Día de la Madre
Un despliegue folclórico que dejó más preguntas que aplausos en un homenaje hiperbólico a las madres.

En un acto de devoción casi religiosa, el sumo sacerdote de la música vernácula, Pedro Fernández, ofreció su ritual anual para apaciguar a las deidades maternas en el templo de la Arena CDMX. Con sarape de gala y botas relucientes, el otrora niño prodigio se transformó en el mesías de las “mamacitas”, repartiendo bendiciones en forma de canciones y contoneos calculados para hipnotizar a su grey.
El espectáculo, una mezcla entre ballet folclórico y telemaratón sentimental, incluyó todos los clichés posibles: desde el niño disfrazado (¿acaso un mini-clon en entrenamiento?) hasta el fanático que, en un arrebato de fervor, le ofrendó rosas blancas como a una virgen de Guadalupe contemporánea. “No me dijo quién le hizo la ruana”, confesó Pedro con la suspicacia de un detective de telenovela, revelando el nivel de profundidad filosófica del evento.
El repertorio fue un viaje nostálgico por los éxitos que nadie pidió recordar: desde ABBA “mexicanizado” hasta esa incómoda etapa en que Lucero era su musa. Todo aderezado con imágenes de “lo mexicano” –banderas, soles, lunas y cómodas antiguas– como si el país cupiera en un decorado de telenovela de los 90. ¿Acaso las madres modernas anhelan ser serenadas con “Dulcecito de Chamoy” mientras el cantante zapatea como si hubiera pisado un Lego?
El clímax llegó cuando, en un giro surrealista, invitó a Emir Pabón y Cañaveral, como si el espectáculo necesitara más fuegos artificiales emocionales. “Si Te Vas” sonó menos a despedida y más a súplica de un público que quizá ya consideraba la opción. Mientras, las “jefecitas” –título cariñoso que oscila entre el homenaje y el machismo disfrazado de piropo– recibieron su dosis anual de reconocimiento condicionado: “Les agradezco todo”, dijo Pedro, en un guiño a esa deuda eterna que la sociedad cobra a las madres un día al año… y olvida los otros 364.
Al final, el mensaje quedó claro: en el altar del Día de la Madre, lo importante no es reflexionar sobre la maternidad, sino brindar un espectáculo donde el folclor, el kitsch y el sentimentalismo se mezclen en un cóctel tan efímero como los aplausos.

-
Matamoroshace 7 horas
En un mes la famosa tienda La India de la peatonal de Matamoros cerrara sus puertas
-
Nacionalhace 18 horas
EE.UU. revoca la visa a la gobernadora de Baja California
-
Matamoroshace 1 día
Hijo busca mariachi para cumplir el sueño de su madre enferma
-
Matamoroshace 2 días
Regalará pestañas a mamis que se vayan a hacer servicio de delineado de cejas
-
Nacionalhace 15 horas
Adolescente da a luz en estación del Metro de la CDMX
-
Matamoroshace 10 horas
Se cumplen dos años y no llega la justicia
-
Matamoroshace 1 día
Llegan dos millones 200 mil boletas electorales al INE.
-
Matamoroshace 2 días
Operativo de Seguridad en Panteones
Debes iniciar sesión para publicar un comentario Iniciar Sesión