Matamoros, Tamps. – El refugio temporal Alfredo Pumarejo suspendió sus operaciones de forma temporal para iniciar un proyecto de remodelación integral, informó José Luis Elías Rodríguez, director del espacio. La medida, dijo, permitirá ofrecer instalaciones más adecuadas para las personas migrantes que buscan refugio en la ciudad.
El funcionario explicó que el cierre no representa una suspensión definitiva, sino una etapa de modernización realizada en coordinación con el Gobierno Federal, organismos civiles y la Diócesis de Matamoros. Durante este proceso, los ocupantes fueron reubicados en la Casa del Migrante San Juan Diego y San Francisco de Asís, ubicada sobre la avenida Solidaridad.
Elías Rodríguez detalló que unas 60 personas de distintas nacionalidades fueron trasladadas al nuevo espacio, mientras que otras optaron por rentar viviendas en distintos puntos de la ciudad debido a sus empleos o actividades económicas. “Se habló con cada uno de ellos, y muchos ya cuentan con cierta estabilidad laboral y social”, comentó.
El refugio Pumarejo, que funciona como espacio humanitario de la diócesis, busca que las obras permitan ofrecer dormitorios y baños en mejores condiciones, además de nuevas áreas comunes y servicios más formales. “Sabemos que se acerca la temporada invernal y queremos recibir a las personas con espacios dignos y seguros”, añadió el director.
En cuanto a los niños, niñas y adolescentes que vivían en el albergue, el funcionario destacó que 28 menores continúan sus estudios en coordinación con la Secretaría de Educación de Tamaulipas, gracias al seguimiento de la Casa del Migrante San Juan Diego. “Se mantiene comunicación constante con escuelas primarias, secundarias y jardines de niños para garantizar su continuidad educativa”, dijo.
Actualmente, la Casa del Migrante alberga entre 65 y 70 personas, mientras que otras 12 permanecen en el refugio San Juan, un espacio destinado a personas en situación de vulnerabilidad. Elías Rodríguez subrayó que la ocupación ha disminuido en los últimos meses, reflejando que algunos migrantes han comenzado a establecerse en la ciudad.
De acuerdo con los registros de la diócesis y las organizaciones de apoyo, alrededor de 40 familias migrantes —principalmente procedentes de Honduras, Venezuela y El Salvador— viven actualmente en Matamoros, desarrollando proyectos laborales y sociales. “Ya no se trata solo de tránsito; muchos están construyendo una nueva etapa de vida aquí”, puntualizó.
Finalmente, el director del refugio Pumarejo adelantó que las obras de remodelación podrían concluir en un par de meses, periodo tras el cual volverán a recibir personas en movilidad. “Nuestro compromiso es seguir brindando atención y acompañamiento con espacios dignos, seguros y humanos”, concluyó.



















