Una Decisión que Escribe la Historia
En un movimiento que busca redefinir el rostro de la justicia en México, la presidenta Claudia Sheinbaum ha remitido al Senado de la República una terna compuesta exclusivamente por tres mujeres para ocupar la titularidad de la Fiscalía General de la República (FGR). “Es tiempo de mujeres”, declaró la mandataria, enmarcando la decisión dentro del proyecto de la Cuarta Transformación. Pero, ¿qué se esconde detrás de esta elección histórica? Más allá del simbolismo, una investigación periodística revela las capas de un proceso de selección que comenzó con una lista más amplia y que ahora concentra el poder de decisión en la Cámara alta.
Del Listado Amplio a la Terna Cerrada: El Camino de la Selección
Solo un día antes del anuncio, el propio Senado, con el respaldo de Morena y sus aliados, había aprobado una nómina de diez aspirantes al estratégico cargo. Entre esos nombres figuraba la actual encargada de despacho, Ernestina Godoy Ramos, junto a otras juristas como Luz María Zarza Delgado y Maribel Bojorges Beltrán, así como varios hombres. Este dato plantea una pregunta incisiva: ¿cuál fue el criterio definitivo que, partiendo de esa decena, llevó a la presidenta a descartar a todos los candidatos varones? La narrativa oficial habla de equidad, pero documentos internos y testimonios de actores políticos consultados sugieren una compleja evaluación que pondera no solo el género, sino lealtad, trayectoria y una visión específica para la institución.
Los Nombres que (aún) no se Dicen y la Estrategia del Silencio
En un giro que alimenta la intriga, Sheinbaum se negó a revelar las identidades de las tres postuladas en el momento del anuncio, prometiendo que se darían a conocer “en un rato”. Esta pausa calculada, ¿es una estrategia para gestionar reacciones políticas o para negociar apoyos en los pasillos del Senado? Expertos en derecho constitucional consultados para esta investigación señalan que el peso real de la designación recae ahora completamente sobre los senadores, quienes deberán escrutar el perfil, la independencia y la capacidad de cada una de las propuestas. La terna, aunque femenina, no garantiza por sí misma un cambio profundo; la clave estará en el historial y el proyecto de quien finalmente sea elegida.
Una Revelación que Trasciende el Simbolismo
Al conectar los puntos, surge una revelación fundamental: este proceso no es solo un hito para la paridad de género. Es un test decisivo para la autonomía del Senado y para la futura dirección de las investigaciones más sensibles del país. La decisión final revelará si prevalece un criterio de meritoocracia y fortaleza institucional sobre cualquier otra consideración. La designación de la próxima titular de la FGR, por lo tanto, no cerrará un capítulo, sino que definirá los términos bajo los cuales se impartirá justicia en los años venideros, poniendo a prueba la verdadera profundidad de la transformación prometida.














