Adán Augusto analiza el huachicol fiscal y los retos de la 4T

Desde mi experiencia en los pasillos del poder, he visto cómo ciertos temas pueden desviar la atención de los objetivos fundamentales. El senador Adán Augusto López Hernández, presidente de la Junta de Coordinación Política del Senado, abordó con realismo el asunto del llamado huachicol fiscal. Reconoció, con la franqueza que dan los años en la vida pública, que se trata de un problema grave que exige una investigación exhaustiva y sanciones ejemplares. Sin embargo, hizo una distinción crucial que solo quien conoce la mecánica gubernamental puede hacer: un puñado de casos no define la solidez de un proyecto de nación.

En mis propias vivencias, he aprendido que la narrativa política a menudo intenta simplificar realidades complejas. Adán Augusto lo expresó con claridad: la Cuarta Transformación es mucho más que las irregularidades cometidas por unos cuantos funcionarios. Su esencia, y aquí comparto plenamente su perspectiva, radica en el trabajo incansable por la gente, en la lucha constante para erradicar la pobreza y en garantizar servicios de salud universales. Son estos pilares los que sostienen el movimiento, no las acciones individuales desviadas.

Con la sabiduría de quien ha revisado la historia reciente, el legislador morenista hizo un ejercicio de memoria necesario. Señaló, y no sin razón, que los grandes casos de corrupción son un legajo de administraciones pasadas, particularmente de los gobiernos del PRI y el PAN. Mencionó episodios emblemáticos, como la venta de petróleo en alta mar durante el periodo de López Portillo o los manejos opacos con los excedentes petroleros en el sexenio de Vicente Fox. Su punto, más allá de la comparación, era subrayar un principio inquebrantable: donde haya responsabilidad, debe haber consecuencias, sin impunidad.

Adán Augusto precisó un dato técnico importante, fruto del conocimiento del sector: lo que se bautizó mediáticamente como huachicol fiscal se refiere, en el fondo, al contrabando de combustibles, una práctica ilícita que, me consta, afecta a múltiples industrias y no es un fenómeno nuevo. Lo verdaderamente novedoso, y en esto radica la esperanza, es el nuevo escenario en materia de justicia que vive México. Él mismo destacó que “afortunadamente ya soplan nuevos aires en el Poder Judicial“, lo que genera una expectativa real de que no habrá impunidad.

La lección que extraigo de sus declaraciones, y que refrenda con mi propia visión, es que el combate a la corrupción es una batalla esencial, pero no puede ni debe eclipsar las transformaciones de fondo. La verdadera lucha, la que define el carácter de un gobierno, es la que se libra día a día para mantener la estabilidad económica, asegurar el acceso universal a la salud y mejorar la vida de millones. Esa es la brújula que, en mi opinión, debe guiar siempre la acción pública.

ANUNCIATE CON NOSOTROS

Scroll al inicio