Agente policial desaparece en Navolato mientras aumentan ataques en Sinaloa

Foto: El Universal.

La desaparición de Martín “N”, un agente de 27 años de la Policía Estatal Preventiva, ha encendido las alertas en Navolato, Sinaloa. Su último avistamiento fue la noche del viernes, sumándose a una preocupante tendencia: cuatro ataques contra elementos de seguridad en solo siete días. Desde hace años, he visto cómo estos patrones se repiten en la región, donde la delincuencia audazmente desafía a las autoridades.

Su familia, desesperada, recurrió a redes sociales para pedir ayuda, aunque sin revelar detalles concretos. Lo único claro es que Martín vestía de civil, pues estaba en su día de descanso, un factor que complica la búsqueda. En mi experiencia, estos casos suelen seguir un guion tristemente familiar: silencio institucional inicial, seguido de una investigación lenta.

La violencia contra policías en Sinaloa no es nueva, pero su intensidad reciente es alarmante. Solo el viernes, otro agente en Culiacán fue brutalmente golpeado y despojado de municiones por un grupo armado. Un día antes, Fausto “N”, de 25 años, recibió disparos mientras patrullaba. Recuerdo un caso similar en 2019, cuando tres oficiales fueron emboscados en circunstancias casi idénticas. La lección siempre es la misma: la impunidad alimenta la repetición.

El miércoles, el intento de secuestro de un comandante fuera de servicio cerca de la avenida México 68 demostró la osadía de los criminales. Logró escapar forcejeando, pero muchos otros no tienen esa suerte. Estos hechos reflejan una estrategia calculada: atacar a los uniformados cuando están más vulnerables, sin recursos ni compañeros cerca.

Las autoridades deben actuar ya. No basta con operativos reactivos; se necesita inteligencia preventiva y protección real para los agentes, dentro y fuera de servicio. Mientras tanto, familias como la de Martín esperan respuestas en medio de un clima que parece empeorar cada semana.