El impuesto de importación del 50 por ciento que proyecta México sobre los vehículos de fabricación china resulta insuficiente y apenas “les haría cosquillas”, afirmó Jorge Guajardo, ex Embajador de México en China.
“La medida recaudaría más ingresos fiscales, pero no detendría el flujo de estas unidades y, en consecuencia, no se estaría protegiendo efectivamente a la industria automotriz local”, explicó.
“Entre 2023 y 2025, el valor promedio de exportación de un automóvil chino ya se desplomó un 25 por ciento. Por lo tanto, un gravamen del 50 por ciento sería apenas un irritante”, detalló Guajardo.
El actual socio de la consultora DGA Group señaló que, para una protección efectiva de la industria nacional, el arancel debería ser de al menos un 100 por ciento, pudiendo incluso ser necesario elevarlo al 150 por ciento.
Guajardo ha alertado públicamente sobre la urgencia de contener la masiva entrada de automóviles chinos en el país para evitar un proceso de desindustrialización, similar al que ya han experimentado diversos sectores industriales en México y Estados Unidos.
El ex diplomático citó el ejemplo de Rusia, que implementó un arancel del 60 por ciento a los vehículos provenientes de China, a pesar de ser su principal aliado político y de enfrentar opciones limitadas de importación debido a las sanciones impuestas por Estados Unidos y Europa.
“Si Rusia estableció un gravamen del 60 por ciento, un impuesto del 50 por ciento por parte de México sería apenas un primer paso; necesitaríamos rápidamente dar el segundo y incrementarlo al 100 por ciento”, sostuvo Guajardo.
De acuerdo con un reporte de Bloomberg, un arancel mexicano del 50 por ciento permitiría a los automóviles chinos mantener su competitividad en el mercado doméstico.
Se citó que BYD, el mayor fabricante mundial de vehículos eléctricos (VE) con sede en Shenzhen, comercializa en México su modelo Dolphin Mini, un compacto importado de China, por aproximadamente 399,800 pesos. En comparación, el Equinox de GM, uno de los VEs más accesibles de una marca tradicional en el país, tiene un precio inicial de alrededor de 876,990 pesos.
“Los vehículos de nueva energía chinos son extremadamente competitivos en México, sobre todo si se considera que los automóviles de combustión producidos localmente suelen ser modelos anticuados con prestaciones tecnológicas limitadas”, expuso Yale Zhang, director general de la consultora Automotive Foresight, con sede en Shanghai, a Bloomberg.
Sobre el resto de los aranceles que México impondría a China, Guajardo manifestó su acuerdo con lo anunciado por Marcelo Ebrard, Secretario de Economía, de limitarlos a aquellos productos que no tengan sustitutos en la región.
“Si importamos un componente o tornillo de China que nadie fabrica en México, Estados Unidos o Canadá, que no existe proveedor local, no debe gravarse. Solo se encarecería la producción sin proteger a industria alguna”, argumentó.