Brugada convierte un basurero en un parque de economía circular

La jefa de Gobierno, Clara Brugada, está revolucionando el concepto de gestión de residuos al transformar el Bordo Poniente —antiguo vertedero de la Ciudad de México— en un pionero parque de economía circular. Este proyecto no solo redefine el uso de espacios contaminados, sino que integra tecnologías disruptivas como plantas de composta avanzadas y sistemas de carbonización hidrotermal desarrollados por la UNAM.

¿Qué pasaría si cada ciudad convirtiera sus zonas degradadas en hubs de innovación sostenible? Brugada demuestra que los desechos pueden ser el nuevo “oro verde”: neumáticos reciclados, cascajo transformado en banquetas y 40 millones de árboles plantados bajo un modelo comunitario. La iniciativa incluye 10 mil manzanas verdes, fusionando agricultura urbana con infraestructura pública en un audaz experimento de regeneración ecológica.

Este plan no es solo ecología, es una reinvención socioeconómica. Al vincular ciencia, participación ciudadana y políticas públicas, la capital mexicana está escribiendo un manual para ciudades del siglo XXI: donde otros ven basura, hay oportunidades para crear empleos verdes, reducir emisiones y tejer redes comunitarias. ¿Será este el primer paso hacia metrópolis que funcionen como ecosistemas autosustentables?

Con intervenciones en 35 km de ríos y 600 hectáreas de barrancas, el proyecto desafía el urbanismo tradicional. La reforestación masiva no es un gesto simbólico, sino una estrategia climática que podría reducir el efecto isla de calor y capturar toneladas de CO₂. Un recordatorio: las soluciones más radicales a menudo emergen de los lugares más inesperados.