El exgobernador de Tamaulipas, Tomás Yarrington Ruvalcaba, continuará en prisión tras ser confirmado el auto de formal prisión en su contra por presuntos vínculos con el Cártel del Golfo, organización criminal que habría financiado su campaña política y operado con su presunta protección durante su mandato.
De acuerdo con fuentes judiciales, la resolución se basó en declaraciones de cinco testigos protegidos, uno de los cuales colaboraba con la Administración de Control de Drogas de Estados Unidos (DEA). Los testimonios afirman que en 1998, durante su campaña por la gubernatura de Tamaulipas, Yarrington recibió al menos un millón de dólares del cártel, entregados en efectivo dentro de un portafolio negro, a bordo de una camioneta Suburban roja. Estos pagos se habrían repetido entre julio y octubre de ese año.
Durante su gestión como gobernador (1999–2005), Yarrington habría permitido que el Cártel del Golfo operara libremente en la región, protegiendo sus actividades ilícitas a cambio de sobornos periódicos, según los testimonios judiciales.
El exmandatario fue deportado a México el pasado 9 de abril* desde Estados Unidos, donde enfrentaba un proceso judicial independiente. La deportación se realizó a través del cruce fronterizo de San Isidro (California) – Tijuana (Baja California), siendo recibido por elementos de la Interpol México y la Fiscalía General de la República (FGR).
Actualmente, Yarrington se encuentra recluido en el Centro Federal de Readaptación Social No. 1 “El Altiplano”, ubicado en Almoloya de Juárez, Estado de México, un penal de máxima seguridad donde se mantienen a reos de alta peligrosidad.
El exgobernador del PRI enfrenta acusaciones por delincuencia organizada, delitos contra la salud y operaciones con recursos de procedencia ilícita. Su defensa ha rechazado los señalamientos, argumentando inconsistencias en las declaraciones de los testigos protegidos y alegando motivaciones políticas.
