Camila Jaber rompe la barrera de los 90 metros en apnea y proyecta su carrera al mundo

En la apnea, donde cada metro de profundidad representa un desafío monumental contra la presión y los límites fisiológicos, Camila Jaber ha establecido un nuevo paradigma. La atleta mexicana cerró el año 2025 con un hito que trasciende lo deportivo: la superación de la barrera de los 90 metros en la disciplina de peso constante sin aletas (CNF). Este logro no es solo una cifra; es la culminación de una década de preparación meticulosa, un salto cualitativo que reconfigura el mapa de este deporte de alto riesgo y coloca a México en la vanguardia de la escena internacional.

Originaria de Ciudad del Carmen, Campeche, Jaber ejecutó su histórico descenso durante una competencia en Las Bahamas, superando su propia marca nacional de 86 metros establecida meses antes en un cenote local. La disciplina CNF, considerada una de las más puras y exigentes del freediving, prohíbe el uso de cualquier propulsor mecánico o aleta, obligando al atleta a descender y ascender únicamente con la fuerza de sus brazos y piernas. Alcanzar los 90 metros bajo estas condiciones implica dominar una compleja ecuación de compensación de presión, eficiencia energética extrema y un control mental absoluto para gestionar la creciente necesidad de respirar.

“Me siento muy ilusionada. Creo que llegar a 90 metros era un sueño, un sueño por muchos años, y este año lo hice no una sino dos veces. Lo siento como el inicio de una siguiente etapa en mi carrera”, reflexionó la atleta de 30 años. Su declaración subraya la dimensión psicológica de la hazaña, donde romper una barrera numérica redonda actúa como un catalizador para futuros objetivos.

El año 2025 consolidó a Jaber como una figura con proyección global. Su especialización en la modalidad de monoaleta, que requiere una explosión técnica y una hidrodinámica perfecta, le sirvió de plataforma para este récord. La ejecución, descrita por la comunidad especializada como limpia y controlada, resonó por su perfección técnica. Pero el impacto de Jaber va más allá del rendimiento puro. Sus inmersiones, capturadas en videos que se viralizaron globalmente, presentan una estética serena y casi meditativa, transformando la percepción pública de un deporte extremo en una narrativa visual de conexión con el elemento acuático.

“Para mí me da mucha ilusión que, a raíz de esos videos, la gente se sienta identificada con que yo tenga que respirar y que alguien me esté diciendo que respire. Es algo que me despertó mucha sorpresa y también mucha inspiración de seguir entrenando y seguir yendo cada vez más profundo”, confesó.

Esta capacidad para comunicar la esencia íntima del deporte se vio amplificada por su incursión en el entretenimiento mainstream, con una participación en la segunda temporada de la serie *Wednesday*. Su aparición en secuencias acuáticas cargadas de simbolismo le otorgó una visibilidad sin precedentes para una apneísta latinoamericana, tendiendo un puente inesperado entre el alto rendimiento deportivo y la cultura pop.

Mirando hacia el futuro, Jaber planea una estrategia deportiva bifásica para 2026. Por un lado, continuará profundizando, literalmente, en la disciplina de monoaleta, que le ha permitido alcanzar sus marcas más profundas. Por otro, anunció el retorno a la modalidad de bialetas, la técnica con la que inició su carrera y que ahora busca pulir para competir en nuevos circuitos. Su calendario incluye competencias de arranque en México, con el objetivo claro de acceder luego a los circuitos europeos y asiáticos, y eventualmente al Campeonato Mundial, donde la apnea ha experimentado un crecimiento exponencial.

“Sí, quiero seguir con la disciplina de monoaleta, que es la que me lleva más profundo. Incursionar tal vez en bialetas de vuelta, que es como el inicio de mi carrera. Tengo hoy competencias planeadas en México, que es como el arranque de mi año, y seguir hacia competencias internacionales y el Mundial”, adelantó.

La trayectoria de Camila Jaber demuestra que la apnea moderna es un deporte multidimensional. Combina, de forma inseparable, la ciencia de la fisiología humana bajo presión extrema, la técnica depurada de un arte marcial subacuático y la potencia narrativa de una disciplina que habla de superación, introspección y belleza. Al romper la barrera de los 90 metros, no solo estableció un nuevo récord nacional; redefinió lo posible para las atletas de la región y construyó una plataforma desde la cual el mundo puede observar, y entender, el profundo diálogo entre el ser humano y el mar.

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