Candidatos a jueces reparten acordeones como si la justicia fuera un examen de primaria

CIUDAD DE MÉXICO. — En un giro tragicómico que hubiera hecho llorar de risa a Jonathan Swift, el Instituto Electoral de la Ciudad de México (IECM) descubrió que tres aspirantes a jueces —esos mismos que juran defender la equidad— repartían “acordeones electorales” como si la democracia fuera un examen de secundaria y los votantes, alumnos copiones.

Los denunciantes, seis ciudadanos con más dignidad que los candidatos, relataron cómo militantes de un partido (cuyo color guinda delata más que un semáforo) convocaron a una “reunión informativa” en Coyoacán. Allí, entre café y promesas, repartieron folletos con instrucciones claras: “Vote por estos nombres o pierde sus beneficios sociales”. Una lección práctica de cómo convertir el Estado de derecho en un karaoke donde solo cantan los que tienen el micrófono.

El secretario Manuel Lucatero, narrando el hecho con la solemnidad de un notario, detalló que los acordeones incluían “instrucciones para no equivocarse” en las urnas. Porque, al parecer, la Cuarta Transformación incluye un módulo de “cómo ser pobre y obediente”. Entre los sancionados destacan Elihú Isaí Cortes Moreno y Gerardo Barrueta Edgar, futuros jueces familiares que ahora aprenden que la ley es flexible… pero no tanto.

Daniela Alejandra López Ramírez, candidata por el Distrito 1, completó el trío de “pedagogos electorales”. Su estrategia didáctica: recordar a los votantes que la justicia social viene con condiciones, como esos cupones de descuento que caducan si no compras lo que te dicen.

Mientras el IECM aplica sanciones (que probablemente duelan menos que un piquete de mosquito), la ciudadanía se pregunta si estos métodos son “innovación democrática” o el guion descarado de un reality show llamado “¿Quiere ser juez? Aprenda a torcer las reglas”.