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Carney y Sheinbaum forjan alianza ante revisión del T-MEC

Una Visita con un Objetivo Estratégico Oculto

La llegada a México del Primer Ministro canadiense, Mark Carney, este jueves, es presentada oficialmente como un esfuerzo de diversificación comercial. Sin embargo, una investigación más profunda revela que esta visita de dos días tiene un trasfondo mucho más urgente y estratégico: preparar un frente unido ante la sombra de una inminente renegociación del Tratado entre México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC) y la amenaza constante del proteccionismo estadounidense.

El T-MEC, pilar de la economía norteamericana, está programado para una revisión en 2026. Las cifras son elocuentes y exponen una vulnerabilidad crítica: más del 75% de las exportaciones canadienses y más del 80% de las mexicanas tienen un único destino, Estados Unidos. Esta dependencia mutua los coloca en una posición de extrema sensibilidad ante los vaivenes políticos de Washington.

Las Declaraciones que Enfriaron la Relación

¿Qué impulsa realmente esta aproximación? Documentos y declaraciones previas pintan un panorama menos armónico. El año pasado, gobernadores provinciales canadienses sugirieron excluir a México de nuevos acuerdos comerciales con Estados Unidos. Para empeorar las cosas, el expresidente Donald Trump incluyó a Canadá, junto con México, en la acusación de contrabando de fentanilo, prometiendo aranceles generalizados.

El senador canadiense Peter Boehm, una fuente clave en esta investigación, confirmó el impacto de esos comentarios: “Los mexicanos son particularmente sensibles en estos asuntos y hubo preocupación al respecto, sin duda”. Boehm, quien representó a Canadá en la toma de posesión de la presidenta Claudia Sheinbaum, calificó aquellas declaraciones de los gobernadores como “fuera de lugar” y admitió que “molestaron a los mexicanos”.

Reconstruyendo Puentes y Tejiendo una Estrategia Común

Frente a esta grieta, la administración Carney ha emprendido una campaña meticulosa para reconstruir la confianza. ¿Las pruebas? La invitación de Sheinbaum a la cumbre del G7 en Alberta en junio y el envío de los titulares de Relaciones Exteriores y Finanzas a reuniones de alto nivel en agosto. Son movimientos calculados que buscan algo más que una relación cordial.

Boehm revela una data económica crucial que muchos ignoran: “Comerciamos más con México que con toda la Unión Europea, toda Europa, incluido el Reino Unido. Es un asunto bastante importante para nosotros”. México es el tercer socio comercial más grande de Canadá, mientras que Canadá ocupa el quinto lugar para México. El volumen es inmenso, pero la sombra de Estados Unidos es más grande.

La Amenaza Común y la Sombra de Trump

Expertos consultados, como Nelson Wiseman, profesor emérito de la Universidad de Toronto, lo afirman sin ambages: “Trump ronda esta visita. México y Canadá ahora comparten una amenaza común de Estados Unidos”. La prioridad ya no es solo expandir el comercio bilateral, sino elaborar un plan coordinado para lidiar con la próxima renegociación del T-MEC.

Wiseman agrega: “Carney y Sheinbaum ahora reconocen que trabajar en equipo contra Trump puede ser más efectivo que competir por acuerdos separados”. Esta es la revelación central: la búsqueda de una estrategia de negociación conjunta para proteger un acuerdo que, a pesar de una exención clave que protege a la gran mayoría de los bienes de aranceles punitivos, se ve amenazado por impuestos sectoriales específicos, como el 50% sobre acero y aluminio.

Más Allá del Comercio: La Cuestión Minera

La agenda, sin embargo, no se agota en el T-MEC. Sheinbaum dejó claro otro punto de fricción que será parte de las discusiones: la inversión minera canadiense. Con un mensaje firme, declaró que las empresas, principales inversionistas extranjeros en el sector con casi el 70% de la participación, deben “respetar las leyes mexicanas” y cumplir con las normas ambientales “que no necesariamente han cumplido”.

Este jueves, tras la reunión bilateral y un almuerzo de trabajo con sus gabinetes, quizás comience a develarse el verdadero alcance de esta alianza renovada. La pregunta que queda en el aire es si esta unión estratégica será suficiente para navegar las turbulentas aguas que se avecinan en 2026 y enfrentar a un posible regreso de Trump a la Casa Blanca. La respuesta definirá el futuro económico de toda Norteamérica.

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