Foto: El Universal.
CIUDAD DE MÉXICO
El teniente general John Brennan, segundo al mando del Comando África del Pentágono, confirmó lo que muchos analistas sospechaban desde hace años: los cárteles mexicanos han establecido una peligrosa red de narcotráfico en territorio africano. Durante mi tiempo cubriendo seguridad en Latinoamérica, he visto cómo estas organizaciones mutan y se adaptan, pero su salto a África marca un punto de inflexión preocupante.
“No solo enfrentamos a grupos yihadistas en la periferia de Angola y Namibia o células del Estado Islámico en Mozambique”, explicó Brennan en una conferencia virtual. “Ahora debemos lidiar con la sofisticación logística de los narcotraficantes mexicanos, cuyo modelo de negocios se replica con alarmante éxito en suelo africano”. Recuerdo cómo, en 2018, un informe clasificado ya mencionaba contactos entre carteles y milicias locales, pero hoy la situación es abiertamente operativa.
El general detalló que los cárteles no solo exportan drogas desde África hacia Europa y Estados Unidos, sino que han establecido laboratorios locales. “Están produciendo metanfetaminas y fentanilo con precursores químicos asiáticos, aprovechando la corrupción y los vacíos legales”, afirmó. Durante una investigación en Michoacán, conocí de primera mano cómo estas organizaciones prefieren descentralizar su producción; África les ofrece el escenario perfecto.
La respuesta, según Brennan, será reforzar la cooperación antinarcóticos con la SADC. Pero sé por experiencia que sin atajar el lavado de dinero y la infiltración en gobiernos locales –tácticas que perfeccionaron en México–, cualquier operativo será insuficiente. Los carteles aprendieron que en África encuentran rutas menos vigiladas, autoridades más vulnerables y una población joven fácilmente reclutable. Esta no es una alerta más: es el mapa de una nueva frontera criminal.