La Ciudad de México ha iniciado su despliegue operativo y logístico de cara a la Copa Mundial de la FIFA 2026, con una estrategia que trasciende la mera sede de partidos para posicionar a la capital como un actor central en la promoción y el desarrollo del fútbol.
En un acto celebrado en el campus de Tlalpan de la Universidad del Valle de México, la Jefa de Gobierno, Clara Brugada, desglosó una serie de iniciativas diseñadas para generar un ecosistema futbolístico único en la víspera del megaevento deportivo. La pieza angular de esta estrategia es la organización de la que aspira a ser la clase de fútbol más grande del mundo, programada para el 1 de marzo de 2026. Este proyecto no es un evento aislado, sino la culminación de un proceso de preparación metódico.
El objetivo declarado es superar el récord Guinness actual, ostentado por la ciudad de Seattle, en Estados Unidos. Para lograrlo, la administración capitalina ha diseñado un programa de capacitación continua que se implementará semanalmente en cada colonia y barrio de las 16 alcaldías.
Esta aproximación descentralizada busca no solo reunir un gran número de participantes el día del evento, sino también fomentar la práctica constante del deporte a nivel comunitario. 
Este artefacto actúa como un mecanismo de cohesión e incentivo, creando un vínculo tangible entre las comunidades y el evento global. En paralelo a la logística del récord, se realizó la presentación oficial de la mascota que representará a la Ciudad de México durante el Mundial.
La elección recayó en un ajolote, una especie endémica del sistema lacustre del Valle de México y un poderoso símbolo de la identidad y la riqueza biológica de la región. La mascota, que luce un penacho multicolor y el número 10 en su dorsal, encarna el lema “La ciudad más deportiva”. Las autoridades han extendido una invitación abierta a la ciudadanía para que participe en la elección del nombre para este personaje, buscando con ello fortalecer el sentido de apropiación colectiva del evento.
“La visión no es ser únicamente una ciudad espectadora, sino una protagonista activa de este evento internacional de primer orden. Ser protagonista implica que el fútbol se viva desarrollando, jugando e impulsando desde la base”, afirmó Brugada durante su intervención.
La mandataria subrayó el compromiso de la capital para garantizar un ambiente de paz y unidad durante el desarrollo de la Copa del Mundo, utilizando el deporte como un aglutinante social. 
Este esfuerzo busca dotar de espacios dignos y accesibles para la práctica deportiva, dejando un legado tangible que permanecerá mucho después de que concluya el campeonato mundial.
La conjunción de un ambicioso evento de récord, una mascota con profundo arraigo cultural y una inversión sólida en infraestructura refleja una estrategia integral con la que la CDMX aspira a demostrar su capacidad organizativa y su pasión por el fútbol en el escenario global del 2026.















