Un Compromiso que se Concreta en Espacios Seguros
La inauguración del Centro Violeta en Guadalupe, a cargo de Mariana Rodríguez de AMAR Nuevo León, no es solo un acto protocolario más. Tras años de trabajo en el ámbito social, he aprendido que las políticas genuinas se miden por los espacios tangibles que crean. Este centro representa precisamente eso: un lugar físico donde la promesa de protección y empoderamiento para mujeres y niñas deja de ser una declaración y se convierte en una puerta abierta.
Servicios que Tejen una Red de Contención
Como bien destacó Rodríguez Cantú, la clave está en la integralidad. La experiencia nos ha enseñado que una mujer que sufre violencia no necesita un solo tipo de ayuda, sino una red. Ofrecer orientación psicológica, asesoría legal y gestoría bajo un mismo techo no es un lujo, es una necesidad estratégica. He visto casos donde la separación de estos servicios hace que las personas desistan. Aquí, el acompañamiento es continuo, desde el primer momento de claridad legal hasta el largo proceso de sanación emocional que lideran psicólogos y trabajadores sociales.
Una Estrategia de Estado, no una Acción Aislada
Lo que más me alienta, con la perspectiva de quien ha visto iniciativas nacer y morir, es que este centro no está solo. La Secretaría de Mujeres, con Graciela Buchanan al frente, lo enmarca dentro de una arquitectura más amplia: los 16 días de activismo, las estrategias “Ayudamos a las Mujeres” y la crucial Procuraduría de la Defensa de los Derechos de la Mujer. Esta sinergia es fundamental. Un centro de atención es el brazo ejecutor, pero necesita el respaldo de políticas de prevención y un órgano de defensa legal sólido para ser realmente eficaz.
El Verdadero Impacto: Cifras que Hablan de Vidas Cambiadas
Los números que compartió la administración estatal son el termómetro de un compromiso real. Pasar de 5 a 33 espacios de atención, con 16 Centros Violetas creados, y haber brindado más de 110 mil servicios a más de 16 mil mujeres, no son datos fríos. Cada uno es una historia de valor, una búsqueda de ayuda y una oportunidad de reescribir una vida. El recorrido por las instalaciones remodeladas simboliza algo profundo: la transformación de un espacio municipal en un santuario de esperanza y acción concreta. El mensaje final, “no están solas”, gana credibilidad cuando existe una infraestructura real que lo respalda.














