La Ciudad de México ha sido distinguida con el premio al Mejor Destino de Turismo Religioso 2025 por Reader’s Digest, un reconocimiento que posiciona a la capital mexicana por encima de otros enclaves de fe de renombre mundial, como el Vaticano. Este galardón no es un hecho aislado, sino la consecuencia directa de una manifestación de fe masiva y de una logística urbana excepcional, evidenciada durante la conmemoración del 494 aniversario de las apariciones de la Virgen de Guadalupe. El evento central, la peregrinación del 12 de diciembre a la Basílica de Guadalupe, congregó a más de 13 millones de personas, según los datos oficiales proporcionados por la alcaldía Gustavo A. Madero y el Operativo Basílica 2025. Esta cifra no solo refleja una devoción profunda, sino que consolida a la ciudad como el destino de turismo religioso más visitado de Occidente.
La secretaria de Turismo local, Alejandra Frausto Guerrero, al recibir el premio en el propio recinto guadalupano, contextualizó el logro más allá de los números. Subrayó que el reconocimiento celebra el fervor popular y el espíritu de una “ciudad de corazón grande”, caracterizada por su capacidad de acogida universal. “Recibimos a todas las nacionalidades, a todas las culturas, a todas las creencias sin discriminación, sin racismo y sin odio; eso es lo que nos caracteriza”, enfatizó. Esta filosofía de inclusión se traduce en un impacto económico tangible: la capital cerrará el 2025 con un millón de turistas más que en 2024 y dos millones más que en 2023, una tendencia ascendente donde los peregrinos, que llegan de todas las regiones del país, constituyen un pilar fundamental.
La gestión de una congregación de tal magnitud representa un desafío operativo de primer orden, cuyo éxito es un indicador de la capacidad técnica y organizativa de las autoridades. El operativo de seguridad y asistencia desplegado registró 3,441 atenciones prehospitalarias dentro de la Basílica y 2,476 en sus inmediaciones. De todas estas intervenciones, solo cuatro casos requirieron traslado a un hospital, y todos fueron reportados en estado estable. Este bajo índice de gravedad, frente a una multitud de millones, es un dato técnico que habla de la eficacia de los protocolos de respuesta médica y de la prevención aplicada.
La logística posterior al evento es igualmente reveladora. La limpieza exhaustiva del perímetro recogió 980 toneladas de residuos, una cantidad que ilustra la densidad de la afluencia y la necesidad de sistemas de saneamiento robustos para preservar la salubridad pública y la integridad del espacio sagrado. En el ámbito de la protección civil, el sistema Locatel manejó 58 reportes de personas extraviadas, de las cuales 27 ya fueron localizadas o su búsqueda fue cancelada por solicitud familiar. Un aspecto singular del operativo fue el programa “Perregrino”, que permitió asegurar e ingresar a 16 caninos encontrados sin dueño durante la jornada, demostrando una atención meticulosa a diversos escenarios de contingencia.
Analíticamente, este reconocimiento internacional trasciende lo religioso para proyectarse sobre el tejido social y económico de la Ciudad de México. Por un lado, valida la Basílica de Guadalupe como un epicentro de fe de alcance global, con un poder de convocatoria que rivaliza y supera al de la Santa Sede. Por otro, destaca la capacidad de la ciudad para normalizar lo excepcional: transformar un evento de complejidad extrema en un proceso fluido, seguro y ordenado. Esto no solo fortalece la marca turística de la capital, asociándola con resiliencia y hospitalidad, sino que también establece un referente global en la administración de grandes peregrinaciones. El premio de Reader’s Digest, por tanto, certifica una simbiosis única entre una tradición centenaria, la devoción popular contemporánea y una gestión pública especializada, colocando a la Ciudad de México en un nuevo mapa de los destinos culturales y espirituales imprescindibles a nivel mundial.
