Códigos QR fraudulentos aumentan casos de secuestro virtual en Guadalajara

En los últimos meses, he observado un preocupante incremento en folletos pegados en postes de Guadalajara con códigos QR acompañados de mensajes intrigantes como “Abel, me engañaste; aquí están las pruebas”. Como experto en ciberseguridad, reconozco que estas tácticas buscan explotar la curiosidad humana para cometer delitos digitales.

El comisario Cristian Hernández, de la División de Inteligencia policial, confirma lo que he visto en mi trabajo de campo: los criminales están perfeccionando sus métodos. “El simple escaneo no es peligroso”, explica, “el riesgo surge cuando el código dirige a enlaces maliciosos que roban información sensible”.

Durante mi carrera, he documentado cómo estos esquemas evolucionan. Actualmente, los atacantes obtienen datos personales para extorsionar no solo al escaneador, sino a toda su red familiar. Un caso reciente que investigué mostraba cómo los delincuentes usaban números telefónicos robados para simulacros de secuestro.

Las universidades, particularmente la UdeG, se han convertido en zonas críticas. Basado en mi experiencia, recomiendo:

• Mantener dispositivos actualizados
• Rechazar instalaciones sospechosas
• Verificar minuciosamente cada código QR antes de escanear

Un detalle alarmante que he identificado es el uso de calcomanías que enmascaran códigos QR originales. Esta técnica sofisticada engaña incluso a usuarios experimentados.

La pandemia marcó un punto de inflexión. Los criminales, como he comprobado en múltiples investigaciones, capitalizaron nuestra dependencia tecnológica. Hoy usan direcciones IP falsificadas, haciendo casi imposible su rastreo sin equipos especializados.

La colaboración interinstitucional ha permitido frustrar 26 secuestros virtuales, pero como profesional en el área, insisto: la mejor defensa es la prevención y el escepticismo saludable ante ofertas o mensajes inusuales.