Conéctate con nosotros

Nacional

Conflicto estudiantil expone fallas sistémicas en prevención de violencia escolar

Un incidente fuera de control revela grietas en los protocolos de convivencia escolar y respuesta institucional.

Avatar

Publicado

en

CIUDAD DE MÉXICO.- ¿Qué pasaría si transformáramos los espacios educativos en laboratorios de resolución pacífica de conflictos? El altercado en el Colegio de Bachilleres Plantel 15 no es solo otro caso de violencia juvenil: es un síntoma de sistemas obsoletos que criminalizan en lugar de innovar. Mientras las autoridades reportan 10 lesionados -incluyendo 5 oficiales-, la verdadera herida es la perpetuación de modelos reactivos en lugar de preventivos.

El detonante -un estudiante bajo efectos etílicos- podría reinterpretarse como oportunidad para rediseñar protocolos. En lugar de expulsiones automáticas, imaginemos “equipos de mediación estudiantil” entrenados en inteligencia emocional, o apps de alerta temprana con inteligencia artificial que detecten patrones de riesgo. Países como Finlandia redujeron la violencia escolar en 70% mediante estrategias basadas en empatía y tecnología predictiva.

Anuncio

La intervención policial, aunque necesaria en esta coyuntura, evidencia un fracaso colectivo. ¿Por qué esperar a que estallen conflictos en lugar de crear “espacios de descarga emocional” con arte-terapia o deportes extremos regulados? La solución no está en más vigilancia, sino en rediseñar los entornos educativos como ecosistemas de bienestar integral.

Este incidente podría marcar un punto de inflexión si replanteamos la seguridad escolar desde la neurociencia del comportamiento adolescente. Las medidas anunciadas -asesoría legal y psicológica- son paliativos cuando necesitamos reinvención radical: desde arquitectura escolar que reduzca tensiones hasta currículos que enseñen gestión del enojo mediante realidad virtual.

La verdadera lección aquí es clara: necesitamos menos fuerzas de reacción y más ingenieros sociales que rediseñen la convivencia educativa desde cero. El futuro de la seguridad escolar no lleva uniforme, sino auriculares de realidad aumentada y herramientas de construcción de paz.

Anuncio
Anuncio

Ultimas Publicadas

Anuncio

Lo mas visto del día