Defensorxs expone a 24 candidatos judiciales con vínculos criminales

CIUDAD DE MÉXICO. — En un giro que nadie esperaba (o quizá todos), el INE recibió este miércoles un dossier que parece más el reparto de una telenovela narca que una elección judicial. La asociación Defensorxs, en un arrebato de fe en la democracia, presentó pruebas de que 24 candidatos a jueces y magistrados tienen currículos tan coloridos como un arcoíris de corrupción: desde narcotráfico hasta violencia de género, pasando por la siempre popular “colaboración creativa” con el crimen organizado.

Miguel Meza, presidente del colectivo, explicó con paciencia de maestro de primaria que, “en caso de que estos señores ganen”, el INE podría —en teoría— evitar que ocupen cargos. Claro, esto supone que el instituto electoral decida actuar, algo tan probable como que un político rechace una mordida en efectivo.

Entre los aspirantes destaca Leopoldo Chávez, quien tras una temporada en prisión por tráfico de drogas en EE.UU. ahora busca ser juez federal (¿para “reformar” el sistema desde dentro?). También brilla Francisco Herrera, exfiscal vinculado al asesinato de periodistas, que ahora aspira a juzgar delitos… justicia poética o tragicomedia absurda.

Lo mejor del espectáculo es la clasificación por colores de los candidatos: del verde al rojo, como semáforo de la impunidad. “No son perfiles idóneos”, admitió Meza, en el eufemismo del año. La Presidenta y el Senado, mientras, asienten con preocupación teatral, como si no supieran que el sistema judicial mexicano lleva décadas siendo un concurso de popularidad entre personajes siniestros.

Y así, entre denuncias y miradas cómplices, México avanza hacia otra elección donde lo único seguro es que la justicia seguirá siendo la gran ausente.