En México, los fenómenos climáticos extremos disparan la mortalidad hasta un 15% durante su ocurrencia, con efectos residuales que persisten por dos meses, según datos del Centrus de la Universidad Iberoamericana. El informe destaca cómo la crisis climática redefine los riesgos sanitarios, con aumentos del 70% en accidentes y hasta 90% en enfermedades respiratorias.
El estudio “Cambio Climático y Salud en México” revela que las tormentas y huracanes no solo dejan daños inmediatos, sino que generan brotes virales, contaminación hídrica y crisis de salud mental, especialmente en comunidades marginadas. José Alberto Lara Pulido, director de Centrus, alerta sobre el aumento proyectado de 1.4°C a 2.5°C para 2060, lo que intensificará estos eventos.
La investigación critica la eliminación del Fonden y Foprenden, calificándola como una medida regresiva frente a la emergencia climática. Los expertos proponen una estrategia 4.0 basada en inteligencia artificial para predicción temprana, junto con políticas públicas que prioricen la adaptación comunitaria y presupuestos anticrisis. “La prevención digitalizada es la única vacuna contra este tsunami climático”, concluye el reporte.