Destituyen a director del IMSS en Juchitán por denunciar desabasto de medicinas

Foto: El Universal.

¿Qué ocurre cuando silencian a quienes exigen recursos para salvar vidas? El Colectivo “David Cruz Velázquez” reveló que el Hospital Macedonio Benítez Fuentes del IMSS-Bienestar en Juchitán opera sin dirección desde hace 48 horas, tras la abrupta remoción del doctor Ovidio Pineda, un cirujano con 25 años de trayectoria en los SSO. Su “delito”: denunciar públicamente la escasez crítica de medicamentos, insumos quirúrgicos y equipos de esterilización desde enero.

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Este caso expone una paradoja sistémica: castigar a quienes señalan fallas en lugar de resolverlas. Marco Antonio López Sánchez, portavoz del colectivo, advierte que la salida de Pineda —quien incluso realizaba cirugías ante la falta de especialistas— profundizará la crisis. “Sin director, sin medicamentos, sin combustible para ambulancias, el colapso es inevitable”, sentencia.

Mientras tanto, en Salina Cruz, trabajadores de salud bloquearon la Transístmica este 1° de Mayo, denunciando otro absurdo: el posible desmantelamiento del Programa de Ampliación de Coberturas (PAC), que atiende a 1,500 comunidades marginadas. La protesta derivó en una convocatoria a diálogo con la Segob, pero la pregunta persiste: ¿Burocracia o vidas? El sistema parece priorizar la primera.

Esta no es solo una crisis logística; es un síntoma de un modelo que penaliza la transparencia. ¿Innovación disruptiva? Empoderar a los médicos como auditores ciudadanos, vincular el abasto a plataformas blockchain para trazabilidad pública, y convertir hospitales en hubs comunitarios con autogestión de recursos. La solución no está en cambiar directores, sino en transformar un sistema que confunde lealtad institucional con silencio cómplice.

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