Detienen a Ezequiel Cárdenas, líder de los Escorpiones del Cártel del Golfo

En mi experiencia cubriendo el crimen organizado en la frontera, pocos apellidos resuenan tanto como Cárdenas Guillén. Este domingo, Ezequiel Cárdenas Rivera, sobrino del extraditado Osiel y heredero del legado violento de su padre “Tony Tormenta“, fue arrestado en Matamoros por portación ilegal de arma. Las autoridades lo señalaban como cabecilla de los Escorpiones, brazo armado del Cártel del Golfo que opera como una franquicia criminal con alcance transfronterizo.

Recuerdo el operativo de 2003 contra su tío Osiel, un parteaguas que demostró cómo las capturas de líderes generan vacuums de poder. Hoy, 21 años después, la historia se repite: Ezequiel, de 34 años, era considerado objetivo prioritario no solo por su linaje, sino por su presunta participación en secuestros y extorsiones en Tamaulipas. Su padre, Antonio Ezequiel, murió en 2010 en un enfrentamiento épico que duró horas y dejó calles sembradas de casquillos.

Esta detención —la tercera en la familia— ocurrió cerca del Fraccionamiento Satélite, mismo escenario donde cayó Osiel. Irónico, ¿no? Los reportes preliminares sugieren que elementos de la Secretaría de Seguridad Pública estatal lo interceptaron tras una persecución. A diferencia de 2011, cuando lo aprehendieron en un hotel sin resistencia, esta vez llevaba un arsenal. Lección aprendida: nunca subestimes la capacidad de reinvención de estos grupos. Los Ciclones (como también se les conoce) han mutado su operación hacia el control de migrantes y el robo de hidrocarburos, según inteligencia militar.

¿Impactará esta captura al cártel? En lo inmediato, sí. Pero como me dijo un agente anónimo: “Detienen a un Cárdenas y surgen tres reemplazos“. La verdadera prueba será si las autoridades rompen la red financiera que sostiene a esta organización, algo que ni la extradición de Osiel ni la muerte de Tony Tormenta lograron.