Detienen a operador clave en red de lavado vinculada al Chapo

CIUDAD DE MÉXICO.- En una operación que refleja años de investigación financiera, la Fiscalía General de la República logró la captura de Gustavo Alfaro Rosas, pieza clave en la estructura de lavado de capitales asociada a Manuel Rodolfo Trillo Hernández, alias “La Trilladora“. Durante mi cobertura de casos similares, he visto cómo estas redes operan con precisión empresarial, usando compañías aparentemente legítimas como fachada.

La detención, ejecutada por la Policía Federal Ministerial, se basó en evidencias de movimientos sospechosos por 6,119 millones de pesos entre 2013 y 2018. Alfaro fungió como representante de Transportes Puebla de las Américas, una de las 16 empresas “fantasma” identificadas. En mi experiencia, estos esquemas suelen reclutar empleados de bajo perfil para firmar documentos, como ocurrió con dos meseras de Sanborns previamente vinculadas al caso.

Tras su arresto, Alfaro fue recluido en el Penal del Altiplano, escenario de la famosa fuga de “El Chapo” en 2015. Curiosamente, investigaciones previas sugieren que Trillo financió la construcción del túnel usado en ese episodio. El juez decretó prisión preventiva oficiosa, medida que, según he observado en otros procesos, busca evitar la fuga de testigos clave.

El modus operandi descubierto incluyó transferencias entre empresas interconectadas, como Comercializadora Bosque Alto y Bufete Jurídico Helú, con montos que superaban los 5 millones de pesos por operación. Estos patrones coinciden con lo que los expertos llaman “ciclo de lavado en tres fases”: colocación, estratificación e integración.

Este caso forma parte de un operativo mayor contra 30 individuos, evidenciando cómo el crimen organizado corrompe estructuras legales. Las lecciones son claras: sin controles bancarios más estrictos y colaboración internacional, seguirán surgiendo nuevas variantes de estos esquemas.