La Captura que Desnuda un Modus Operandi Peligroso
CIUDAD DE MÉXICO. Con los años, he aprendido que para entender el crimen organizado hay que mirar más allá de los actos violentos y enfocarse en sus mecanismos de perpetuación. La reciente aprehensión en Uruapan, anunciada por el titular de la Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana, Omar García Harfuch, es un ejemplo de libro de texto. Esta operación, enmarcada en el Plan Michoacán por la Paz y la Justicia, no fue solo otra detención; fue un golpe a la columna vertebral de una organización ilícita: su capacidad de reclutamiento.
La experiencia me ha mostrado que los centros de rehabilitación, lugares que deberían ser santuarios de redención, son a menudo blanco de la perversidad criminal. La captura de Jaciel Antonio “N”, acusado de ser un reclutador en estos espacios, confirma una triste realidad que hemos visto repetirse. Estas células delictivas no buscan a los fuertes; buscan a los más vulnerables, a aquellos en momentos de fragilidad, para corromperlos y absorberlos. Es una lección dura: la batalla no solo es en las calles, sino en la lucha por el alma de las personas.
El Hilo que Conduce al Crimen
Los trabajos de inteligencia y averiguación previa señalan a este individuo como el presunto responsable de alistar a dos de los participantes en el homicidio del ciudadano Carlos Manzo. He sido testigo de cómo, en casos así, desentrañar la red comienza con un solo hilo. Detener al autor material es una cosa; identificar y capturar al que provee el brazo ejecutor es desmantelar una pieza crucial del engranaje. Esta acción es un paso firme contra la impunidad y envía un mensaje claro: se perseguirá a toda la cadena de mando y logística.
La Coordinación como Estrategia Fundamental
En mi trayectoria, la lección más valiosa ha sido que la soberanía institucional es el peor enemigo de la eficacia. Por eso, es alentador ver la colaboración reportada entre el gabinete de Seguridad federal, la Fiscalía General de Justicia de Michoacán y la Secretaría de Seguridad estatal. Este modelo de trabajo conjunto no es un mero comunicado de prensa; es la única fórmula que, en la práctica, ha demostrado generar resultados tangibles en la compleja lucha contra la delincuencia organizada. La reducción de la violencia en la región depende de que esta sinergia se mantenga y fortalezca, yendo más allá de los operativos reactivos para construir una estrategia de inteligencia sostenible.














