Detienen al hermano del Chino Ántrax en operativo ministerial en Guadalajara

En un giro digno de telenovela narca, la Fiscalía de Jalisco ha aprehendido a José Ricardo Aréchiga Gamboa, quien —oh, sorpresa— resulta ser hermano de Rodrigo Aréchiga, alias El Chino Ántrax, ese entrañable filántropo que fundó Los Ántrax, el club de fans más violento del Cártel de Sinaloa. Todo un ejemplo de superación familiar.

Según el Registro Nacional de Detenciones (ese archivo donde anotan las veces que el sistema “funciona”), el sujeto fue interceptado por ministeriales cerca de la fiscalía, en la Zona Industrial de Guadalajara. Un lugar perfecto para esconderse, si no fuera porque la industria que dominan los Aréchiga es más bien… artesanal.

Lo trasladaron en una pick-up oficial (sí, esas que siempre se pierden en embotellamientos) al Ministerio Público Especializado, donde seguramente le ofrecerán un café y un cursillo acelerado sobre por qué secuestrar y extorsionar no son hobbies recomendables.

La descripción física es un poema moderno: complexón delgada (la dieta del fugitivo), cabello quebrado (producto del estrés de evadir a la ley), y un outfit de chamarra negra con jeans rotos que demuestran que la moda narco sigue aferrada al estilo “lumpenproletariado chic”.

Recordemos que su hermano, el Chino Ántrax, antes de ser eliminado de la nómina criminal, protagonizó su propia película: escapó de un arresto domiciliario en San Diego (EE.UU.) como si fuera un episodio de Prison Break, solo que con menos guion y más ejecuciones.

Los Ántrax, ese grupo de sicarios que hacían parecer a los Boy Scouts un grupo radical, trabajaban para Ismael Zambada García, alias El Mayo, el único CEO que premia la lealtad con balas en lugar de bonos. Así funciona el networking en Sinaloa: si no asciendes, desapareces.