El balance final de la tragedia vial ocurrida en el municipio de Zontecomatlán, Veracruz, se ha elevado a diez personas fallecidas, según la actualización oficial proporcionada este miércoles 25 de diciembre. La cifra incluye a nueve adultos y un menor de edad, consolidando este suceso como uno de los más graves en las carreteras de la región en los últimos tiempos.
El accidente se registró durante la jornada del martes, cuando un autobús de la línea Conexión, que realizaba el trayecto desde la Ciudad de México con destino a la región de Chicontepec, se salió de la vía y cayó a un profundo barranco, terminando en el cauce de un río. El tramo carretero donde ocurrió el percance es conocido por su topografía complicada y difícil acceso, factores que complicaron de manera significativa las labores de auxilio inmediato.
Inicialmente, las autoridades reportaron un saldo de ocho fallecidos y al menos diecinueve personas con lesiones de diversa consideración. Sin embargo, el estado de salud de varios de los heridos era de suma gravedad. En las horas siguientes, y a pesar de la atención médica especializada, dos de estas personas sucumbieron a sus heridas, elevando el número total de víctimas mortales a diez.
La operación de rescate fue una tarea compleja y extendida. Cuerpos de emergencia y personal especializado de varios municipios aledaños trabajaron durante toda la noche y la madrugada en condiciones extremas. Los equipos de rescate tuvieron que descender hasta el fondo de la cañada para acceder a los pasajeros que permanecían atrapados entre los restos destrozados de la unidad. La prioridad fue estabilizar y evacuar a los sobrevivientes, un proceso lento y meticuloso dada la inestabilidad del vehículo y la peligrosidad del terreno.
Los lesionados fueron trasladados a centros hospitalarios de Chicontepec y Huayacocotla, donde continúan recibiendo tratamiento. Varios de ellos permanecen bajo observación médica estrecha, no solo por la naturaleza crítica de sus traumatismos, sino también por los efectos de una exposición prolongada a las bajas temperaturas de la zona durante el tiempo que estuvieron atrapados o a la espera de rescate.
Las autoridades han iniciado el proceso de identificación formal de las víctimas y la notificación a sus familiares. Se conoce que el conductor del autobús era Carlos Daniel Báez, quien forma parte de la investigación abierta por la Fiscalía General del Estado de Veracruz. Dicha investigación tiene como objetivo central determinar las causas precisas que llevaron a la unidad a desbarrancarse. Los peritos analizarán múltiples hipótesis, que van desde posibles fallas mecánicas y las condiciones del pavimento hasta el factor humano, como la fatiga del conductor o errores de manejo.
El Gobierno del Estado ha informado que mantiene un operativo de seguridad y vigilancia en la zona del siniestro, tanto para facilitar el trabajo de los investigadores como para garantizar la seguridad en la carretera. Mientras tanto, la tragedia ha sumido en el luto a numerosas comunidades del norte de Veracruz. El impacto es particularmente profundo al ocurrir en vísperas de la Navidad, transformando un periodo de celebración familiar en uno de duelo para decenas de hogares que enfrentan pérdidas irreparables.
Este incidente pone nuevamente sobre la mesa cuestiones críticas sobre la seguridad en el transporte por carretera en rutas de topografía adversa, la protocolización de los operativos de rescate en zonas de difícil acceso y la necesidad de una supervisión rigurosa de las condiciones de las unidades y los tiempos de conducción, especialmente durante temporadas de alta movilidad como la actual.
