El adoctrinamiento taquero capitalista para infantes

El adoctrinamiento taquero capitalista para infantes

En nuestra gloriosa nación, donde la gastronomía ancestral ha sido reducida a mercancía turística y las tradiciones milenarias sirven como aderezo para el capitalismo tardío, surge un nuevo instrumento de adoctrinamiento infantil: el simulacro de explotación laboral disfrazado de entretenimiento educativo.

La sagaz corporación Mi Alegría, en un acto de genial perversión, ha comprendido que para perpetuar el sistema no hay mejor método que adiestrar a las criaturas desde la cuna en los sagrados rituales del emprendimiento precarizado. Así nace “Mi primer puesto de tacos”, un kit de iniciación al subempleo que prepara a los infantes para su futuro como trabajadores informales.

La ironía suprema se manifestó cuando los ciudadanos, ya tan acostumbrados al simulacro digital, confundieron esta oferta con ficción algorítmica. ¡Qué inocentes! No comprendían que estaban presenciando la más pura y cruda realidad: la normalización de la economía de supervivencia como juego infantil.

Por el módico precio de 849 pesos (más el inevitable impuesto existencial al envío), cualquier progenitor puede adquirir este manual de autoexplotación que incluye todos los elementos necesarios para simular la precariedad:

  • Tortillas de ilusión
  • Salsas de conformismo
  • Ingredientes de fantasía neoliberal
  • Platos de melamina para representar la fragilidad laboral
  • Utensilios de plástico que simbolizan la desregulación
  • Una guía ilustrada con recetas para cocinar sueños rotos

La corporación proclama, con cinismo delicioso, que este artefacto “fomenta el juego simbólico“. ¡Y vaya que lo hace! Simboliza a la perfección cómo hemos naturalizado que las nuevas generaciones deban aspirar a empleos sin seguridad social, donde el “emprendimiento” no es más que el eufemismo elegante para “sobrevive como puedas”.

Mientras los niños juegan a montar su “mini restaurante”, aprenden las lecciones fundamentales del México contemporáneo: que el trabajo digno es una fantasía, que la tradición es un producto de consumo y que su futuro probablemente huele a aceite recalentado y sueños frustrados. ¡Qué alegría tan bien nombrada!

RELACIONADOS

Ultimas Publicadas

Matamoros

¿QUÉ PASO AYER?

ANUNCIATE CON NOSOTROS

Scroll al inicio