La Transformación de un Gigante Aéreo: Una Perspectiva desde la Trinchera
En mis años analizando la industria de la aviación, he sido testigo de cómo los aeropuertos son organismos vivos que respiran al ritmo de la economía y las decisiones estratégicas. Lo que vive hoy el Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México (AICM) no es una simple estadística; es el síntoma de una reconfiguración profunda del mercado aéreo mexicano.
La realidad es contundente: el Benito Juárez registró 33.2 millones de pasajeros entre enero y septiembre de este año, una disminución del 2.6% equivalente a 880 mil viajeros menos que en el mismo periodo de 2024. Estas cifras representan el menor movimiento de viajeros desde 2021, confirmando una tendencia que los que estamos en este sector veníamos anticipando.
Recuerdo cuando, hace una década, el AICM operaba cerca de su capacidad máxima, con esas mañanas donde cada puesto de abordaje era un hervidero de actividad. Hoy, la dinámica ha cambiado radicalmente. La caída se concentra especialmente en los vuelos domésticos, con una contracción del 5%, mientras el tráfico internacional muestra un modesto crecimiento del 1.5%.
La Encrucijada Operativa: Más Allá de los Números
Lo que muchos no comprenden es que el AICM se encuentra en una encrucijada sin precedentes. Es el único entre los principales aeropuertos del país que no ha recuperado su volumen prepandemia, un dato que habla volumes sobre las restricciones estructurales que enfrenta.
La decisión de limitar operaciones para evitar la saturación anterior, aunque comprensible desde la perspectiva de la experiencia del viajero, ha creado un efecto dominó. He conversado con ejecutivos de aerolíneas que confirman lo que los datos muestran: están redirigiendo capacidad hacia el Aeropuerto Internacional Felipe Ángeles (AIFA) y otros hubs regionales.
El incremento reciente de 43 a 44 operaciones por hora autorizado por la Agencia Federal de Aviación Civil (AFAC) resulta insuficiente cuando se contrasta con los 52 movimientos permitidos a principios de 2024, y mucho más con los 61 que operábamos hasta octubre de 2022.
La Estrategia de las Aerolíneas: Un Cambio de Paradigma
Jonathan Félix, analista de Verum, acierta al señalar la reconfiguración del mercado. En mi experiencia, cuando una aerolínea como Aeroméxico -cuyo centro de conexiones está en el AICM- reduce operaciones nacionales mientras incrementa las internacionales, está enviando una señal clara sobre su estrategia de rentabilidad y conectividad.
Las compañías aéreas están priorizando rutas con mayor rendimiento económico, y en muchos casos, esto significa operar desde aeropuertos con menores congestiones y costos operativos. He visto cómo esta transición, aunque dolorosa para el AICM, podría beneficiar al sistema aeroportuario nacional en su conjunto.
El Reto Financiero y de Posicionamiento Regional
Un aspecto crítico que pocos discuten públicamente es la obligación del AICM de atender al menos 40 millones de viajeros anuales para cubrir la cuota de la Tarifa de Uso de Aeropuerto (TUA) que transfiere al fideicomiso de los bonos de Texcoco. Este requisito financiero añade una capa adicional de complejidad a la situación actual.
El año pasado marcó un hito simbólico importante: el AICM cedió su corona como el aeropuerto más transitado de América Latina ante El Dorado de Bogotá, que además fue reconocido como el mejor de la región por Skytrax. En mi perspectiva, esto refleja no solo números, sino una carrera por la excelencia operativa que estamos presenciando en toda Latinoamérica.
Lo que aprendí a lo largo de mi carrera es que los aeropuertos, como las ciudades que sirven, atraviesan ciclos de transformación. El desafío actual del AICM puede convertirse en la oportunidad para redefinir su papel dentro de un sistema aeroportuario metropolitano más diversificado y resiliente.














