El aroma del progreso interrumpe el idilio nupcial

El aroma del progreso interrumpe el idilio nupcial

En el fecundo territorio de Sinaloa, donde los cultivos se riegan con el sudor campesino y ocasionalmente con emanaciones químicas, ocurrió un suceso que bien podría representar una metáfora perfecta de nuestro tiempo. Una nodriza agrícola —esa madre nutricia de la agroindustria moderna— decidió desprenderse de sus ataduras y ofrecer su lecho tóxico a los cuatro vientos, justo cuando unos mortales celebraban el sagrado ritual de la unión conyugal en el fastuoso salón “Quinta Cortez“.

La nube benévola, cargada de amoníaco —esencia misma del progreso agrícola—, se extendió con parsimonia burocrática sobre el ejido Lousiana, impregnando el aire con ese olor característico que los poetas modernos no se atreven a describir. Los vecinos, poco agradecidos ante este regalo de la tecnocracia, respondieron con mezquinos dolores craneales y molestias respiratorias, demostrando una vez más la ingratitud humana hacia los avances de la civilización.

El convite interrumpido

Los festejantes nupciales, quienes hasta entonces solo habían percibido el aroma de los manjares y las flores, fueron agraciados repentinamente con un perfume industrial de intensidad superlativa. Con notable falta de visión progresista, solicitaron la intervención de los cuerpos de auxilio —esos eternos aguafiestas del desarrollo— en lugar de apreciar la sublime experiencia de respirar los efluvios del agroindustrialismo en su máximo esplendor. Los trabajadores del campo, convertidos en alquimistas modernos, habían presenciado impotentes cómo su instrumento de trabajo se emancipaba, liberando su esencia ante la imposibilidad de contener tanta magnificencia química.

La maquinaria burocrática se pone en marcha

La Coordinación Municipal de Protección Civil de Ahome, alertada ante esta demostración espontánea de productividad agrícola, acudió solícita para iniciar la revisión técnica y examinar los permisos conducentes —esos talismanes burocráticos que transforman lo peligroso en administrativamente correcto—. Mientras la nube benéfica alcanzaba los poblados de Nueve de Diciembre y áreas colindantes, las autoridades confirmaron con satisfacción que todo el gas contenido en la nodriza había logrado su libertad, sin reportarse intoxicados que empañaran la pureza estadística del evento.

Así, entre votos matrimoniales y emanaciones tóxicas, entre arroz y amoníaco, se escribió otra página gloriosa del desarrollo nacional, donde la agricultura industrial demostró una vez más su capacidad para infiltrarse en los momentos más íntimos de la existencia humana.

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