El bazar penitenciario donde reina la ilegalidad

El bazar penitenciario donde reina la ilegalidad

En lo que las autoridades denominan con eufemística modestia como “quinto esculque”, el centro de reclusión de Culiacán demostró ser el establecimiento comercial más surtido de la región, superando en variedad a cualquier centro comercial legítimo. Las brigadas de la Policía Estatal Preventiva y la siempre efectiva Compañía de Revisión de Penales de la Guardia Nacional catalogaron meticulosamente veinte nuevos dispositivos móviles, catorce instrumentos punzocortantes y dos balanzas de precisión para emprendimientos farmacéuticos no autorizados.

Esta última inspección rutinaria ocurrió apenas veinticuatro horas después del descubrimiento de un alijo de estupefacientes, catorce equipos de radiocomunicaciòn, veintiún teléfonos inteligentes, un dispositivo de conexión a internet, una antena de banda ancha y cinco mil 200 pesos en efectivo que evidentemente nadie reclamó por motivos fiscales, distribuidos estratégicamente por diferentes áreas de este complejo hotelero de máxima seguridad.

El espectáculo de la normalidad

El más reciente registro sorpresivo se limitó a solo dos secciones, donde los residentes permanentes recibieron un trato digno y respetuoso mientras observaban cómo el personal estatal y federal realizaba el inventario de sus pertenencias no autorizadas. El protocolo se desarrolló con la eficiencia burocrática que caracteriza estas operaciones de recuperación de mercancía ilícita.

Como consecuencia directa de los incidentes violentos registrados el lunes anterior entre huéspedes del establecimiento, que incluyeron detonaciones de armas de fuego, se han ejecutado en el lapso de una semana exactamente cinco procedimientos de verificación. Cada uno ha revelado que el penal opera con mayor eficiencia logística que muchas dependencias gubernamentales.

En una de estas inspecciones se localizó cincuenta dosis de un polvo blanco con características similares a la clorhidrato de cocaína, con masa total de treinta gramos, junto con diez paquetes de material vegetal verde secado artesanalmente.

La armería paralela

Como complemento al ya bien surtido mercado negro intramuros, las autoridades han logrado confiscar ocho nuevas armas de fuego, destacando entre ellas una carabina AM-15 y un fusil de asalto calibre 7.62×39, ocho cargadores para estas herramientas de trabajo y diversas sustancias psicoactivas, incluyendo material vegetal con propiedades similares a la cannabis sativa.

Este establecimiento penitenciario parece haber desarrollado un modelo de negocio tan eficiente que hace preguntarse si debería recibir premios a la innovación logística, aunque quizás no exactamente del tipo que las autoridades educativas suelen promover.

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