¿Y si El Buen Fin no fuera solo un evento de descuentos, sino un término de la psicología económica colectiva? Los establecimientos afiliados a la Confederación de Cámaras Nacionales de Comercio, Servicios y Turismo (Concanaco) revelan que los dispositivos móviles, vehículos, orfebrería, obsequios y soluciones de servicios lideran las transacciones, demostrando que el consumidor moderno prioriza conectividad, movilidad y experiencias sobre la acumulación material.
La geografía del consumo inteligente
Este fenómeno comercial ha generado una transformación geoeconómica concentrada en Ciudad de México, Querétaro, Nayarit, San Luis Potosí y Tamaulipas. Imagine estos territorios como laboratorios vivos de reactivación económica donde el comercio tradicional se fusiona con estrategias digitales disruptivas.
Los datos son elocuentes: las transacciones comerciales experimentaron un incremento del 20% al 30%, mientras que 215,988 establecimientos participaron en esta edición, con un 7.43% perteneciente al sector turístico. Esto sugiere una evolución del modelo de ventas estacionales hacia un ecosistema comercial integrado y multidimensional.
La revolución del consumidor empoderado
La Procuraduría Federal del Consumidor ha desplegado una estrategia de vigilancia proactiva sin precedentes, otorgando 7,000 asesorías especializadas. Durante un recorrido por el Centro Comercial Galerías Metepec en el Estado de México, el procurador Iván Escalante Ruiz y la directora Gabriela Barrón Mijares demostraron cómo la protección al consumidor se ha convertido en un componente estratégico del evento comercial.
Esta supervisión en establecimientos como Sears y Sanborns, junto con módulos de atención especializada, representa un cambio de paradigma: de la denuncia reactiva a la prevención colaborativa. La institución insta a la ciudadanía a ejercer sus derechos mediante estos canales cuando encuentren publicidad engañosa o incumplimiento contractual, transformando así la relación tradicional entre compradores y vendedores.














