ZACATECAS: La Gotera que Desbordó el Vaso
Este lunes, las carreteras de Zacatecas no son solo vías de tránsito, sino las líneas de batalla donde el campo dibuja su frustración. Lo que muchos ven como un simple bloqueo, es en realidad el síntoma terminal de un sistema hidro-agrícola roto. Los productores no protestan; ejecutan un acto de desobediencia civil frente a una burocracia sorda.
Productores de Zacatecas anuncian bloqueos carreteros como medida de presión definitiva.
La chispa fue una reunión fallida el pasado viernes en las oficinas de la Comisión Nacional del Agua (Conagua). Allí, la promesa escrita en una minuta del 20 de noviembre se evaporó. Severiano Zamarrón, líder de la Unión de Pozos Agrícolas de Zacatecas (UPAZ), comunicó la decisión irrevocable: tomar las casetas de peaje de las autopistas Osiris y Calera. No es una huelga, es un grito de auxilio materializado en asfalto.
El conflicto es un nudo gordiano de recursos. Por un lado, la polémica Ley de Aguas Nacionales, percibida como una amenaza a la autonomía productiva. Por otro, un laberinto de incumplimientos que involucra a la Secretaría de Gobernación, la Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural, y la Comisión Federal de Electricidad (CFE). El círculo vicioso es perverso: productores con adeudos de energía eléctrica no pueden regularizarse, y al no regularizarse, quedan excluidos del programa de cuota energética que aliviaría su carga. La burocracia los condena a la insolvencia perpetua.
Esta no es una acción aislada. Es la sincronización deliberada con una protesta nacional. Desde la Región de El Bordo, en el municipio de Guadalupe, surge otro foco: un paro y plantón indefinido. Su caravana partirá al amanecer hacia la capital estatal. ¿Qué pasa cuando el sustento de una región decide paralizarse? No es una interrupción del tráfico; es el latido de una economía local mostrando su poder de paro.
Más allá de las demandas inmediatas, este movimiento plantea una pregunta disruptiva: ¿y si en lugar de ver al agua y la energía como commodities administrativos, los tratáramos como derechos productivos esenciales? La innovación aquí no es tecnológica, sino social y de gestión. Imaginemos un sistema de crédito circular donde el pago por el agua y la luz se vincule directamente a los ciclos de cosecha y venta, rompiendo la lógica rígida de los recibos. O un modelo de gobernanza hídrica co-diseñado por usuarios, técnicos y autoridades, transparente y en tiempo real.
Los bloqueos son la metáfora física de un flujo interrumpido: el flujo del agua, el de la justicia administrativa y el de la confianza. Zacatecas no está pidiendo migajas; está exigiendo reescribir las reglas de un juego donde, hasta ahora, siempre pierde el que riega la tierra.
















