Conéctate con nosotros

Nacional

El canódromo burocrático donde los rescates son puro teatro

Un heroico operativo descubre que la justicia tiene más dientes que los propios rescatados, en un grotesco espejo del poder.

Avatar

Publicado

en

El canódromo burocrático donde los rescates son puro teatro

Un espectáculo dantesco donde los perros eran los actores secundarios de su propia tragedia.

En un alarde de eficacia que hubiera enrojecido de vergüenza a una oficina de pasaportes venezolana, la siempre diligente Fiscalía General de Justicia del Estado de Sonora (FGJE) anunció con bombo y platillo el asalto a una madriguera de impiedad en Nogales. No era un narcolaboratorio, sino algo mucho más peligroso para la psique nacional: un criadero de perros donde la ciudadanía puede ver, en vivo y directo, lo que el Estado realmente piensa de los seres vivos.

El operativo, una coreografía de precisión burocrática desarrollada entre las 12.36 y las 15.30 horas de un día cualquiera (porque la injusticia, al parecer, también tiene horario de oficina), desenterró 54 almas peludas en un estado de abandono que rivaliza con el de las promesas de campaña. Diversas razas, un mismo destino: servir de alegoría viviente del desamparo general.

Pero el verdadero premio gordo de esta rifa de la desgracia no fue la jauría de lástima, sino el hallazgo de una reliquia arqueológica: la documentación de un supuesto sargento primero de la extinta Policía Federal. Una credencial y una solicitud de empleo, polvorientas y olvidadas como los principios de un político, que ahora serán “analizadas” con la misma contundencia con la que se investiga a un expresidente. Es decir, hasta que el siguiente escándalo nos distraiga.

Los indicios, por supuesto, fueron puestos a disposición del Ministerio Público, esa entidad mitológica donde las pruebas van a pasar una larga temporada de spa antes de evaporarse en el éter de la impunidad. Mientras, la FGJE reitera su compromiso con la protección animal, una fachada de compasión que luce tan genuina como un billete de tres pesos, en un país donde el maltrato institucional es el deporte nacional.

En este grotesco teatro de la crueldad, los perros rescatados son solo el elenco de reparto. El protagonista indiscutible es el Estado mismo, un maestro del maltrato que, con una mano escribe comunicados de prensa y con la otra, firma sentencias de abandono para todo un país.

Anuncio

Ultimas Publicadas

Anuncio

Lo mas visto del día