El CJNG asesina a una joven estadounidense en Michoacán

En un giro tragicómico de lo que algunos llaman “la guerra contra el narco”, Isabel Ashanti Gómez, una estadounidense de 22 años, descubrió que en Michoacán los únicos que hacen “retenes efectivos” son los caballeros del Cártel Jalisco Nueva Generación. La noche del 23 de junio, tras disfrutar de un baile municipal (porque qué mejor plan turístico que bailar en zona caliente), su padre intentó hacer lo que cualquier papá responsable haría: recogerla. Error. En el México surrealista de hoy, es más probable toparse con un narco-retén que con un alcoholímetro.

La Ford F-150, ese símbolo de la clase trabajadora gringa, se convirtió en blanco móvil cuando los sicarios de ‘El Barbas’ —alias que sugiere más un estilista de barrio que un criminal— decidieron que las balas eran mejor argumento que un “alto, ¿de qué lado van?”. El resultado: una joven muerta, dos heridos, y otro episodio para el catálogo de “Michoacán: Tierra de Valientes (con oferta limitada de valientes)”.

Irónicamente, su última publicación en Instagram fue un homenaje a su tío, donde lo llamaba “máquina de fuego”. Las redes sociales no registraron su último pensamiento, pero seguramente no imaginó que el verdadero “fuego” lo dispararían los discípulos locales de Pablo Escobar con estudios incompletos.

Así funciona el México moderno: puedes subir stories bailando, pero nunca sabes si serán tus últimas. El CJNG, en su infinita generosidad, no cobró peaje… solo vidas. ¿Progress?