El Congreso declara emergencia nacional para reformar hasta el menú del comedor

En un alarde de eficiencia que dejaría en ridículo a una fábrica de galletas, el Congreso de la Unión ha decidido convocar un periodo extraordinario para aprobar exactamente 16 dictámenes, porque 15 sería muy poco y 17, francamente, comunismo. La Gaceta de la Comisión Permanente, ese documento que todos leen con la misma avidez con que se revisa el horóscopo, anuncia este prodigio de productividad legislativa.

Los ilustres coordinadores de Morena, Ricardo Monreal y Adán Augusto López, han firmado la propuesta con la solemnidad de quien descubre agua en el desierto. Entre las joyas de esta reforma express: una nueva Ley de Telecomunicaciones (para que las quejas por internet lleguen más rápido) y ajustes a la Guardia Nacional, ahora con un diseño tan innovador que hasta los militares se preguntarán para qué sirven.

No podía faltar la prohibición del uso de mamíferos marinos, porque mientras México arde en violencia, lo urgente es salvar a las focas. También se reformará la Ley de Impuestos para regular la comercialización de la totoaba, ese pez cuyo valor supera al salario mínimo por kilo. Prioridades, señores.

El Sistema Nacional de Búsqueda de Personas recibirá su enésimo “fortalecimiento”, porque nada dice “compromiso” como reformar 17 veces lo mismo. Y para demostrar que la burocracia puede ser eficaz, se expedirá la Ley para Eliminar Trámites Burocráticos, que requerirá solo 12 firmas y 3 meses de espera.

La cereza del pastel: una reforma al artículo 18 de la Ley del Escudo Nacional para “reconocer a las mujeres que han transformado la patria”. Porque qué mejor homenaje que un decreto entre 15 otros, discutido a las 3 AM en sesión express. El Senado, en un arrebato de transparencia, también reformará las facultades de su Contraloría Interna, que hasta ahora ha sido tan efectiva como un portero ciego.

Mientras tanto, los ciudadanos, entre el asombro y el escepticismo, se preguntan: ¿realmente se necesitan 16 reformas en un maratón legislativo, o es solo otro episodio de “Cómo simular trabajo en 3 actos”? El show debe continuar.