El embajador estadounidense deja plantado a Fernández Noroña

En un giro digno de una tragicomedia diplomática, Ronald Johnson, el enviado estadounidense en México, decidió que una manicura de emergencia era más urgente que asistir a la cita con el senador Gerardo Fernández Noroña, quien, como buen protagonista de telenovela política, ya había anunciado el evento a bombo y platillo en su canal de YouTube.

El encuentro, pactado para las 10:00 horas en el santuario personal del legislador morenista, quedó en el limbo, junto con las promesas de campaña y la decencia en el debate público. A las 10:25, un frío oficio de la Embajada confirmó lo que todos sospechaban: ni el café estaba preparado ni el embajador tenía intención de tomarlo.

El miércoles, en un arrebato de entusiasmo que solo rivaliza con sus tuits virales, Fernández Noroña había proclamado: “¡Viene el embajador a mi oficina el viernes… se van a morir!“. Lo que no anticipó fue que la única muerte sería la de su propia credibilidad, ejecutada sin ceremonias por el protocolo diplomático.

Mientras tanto, en el Congreso de la Unión, los senadores panistas aprovecharon para recordar al mundo que ofender a Donald Trump en redes sociales no es precisamente el pasaporte a una carrera diplomática brillante. La moraleja: en el circo de la política, a veces el payaso se queda sin público.

ANUNCIATE CON NOSOTROS

Scroll al inicio