Los Números que no Cuadran: Una Investigación sobre el Fondo de Emergencias
La presidenta Claudia Sheinbaum anunció con contundencia la existencia de un fondo de contingencia de 19 mil millones de pesos para atender los estragos de las recientes lluvias. “Hay recursos suficientes”, aseguró, revelando que hasta el momento solo se han utilizado cerca de 3 mil millones. Pero, ¿es esta la historia completa? Una investigación más profunda plantea preguntas incómodas sobre la verdadera estrategia del gobierno: ¿estamos invirtiendo en solucionar emergencias o en haberlas prevenido?
La narrativa oficial se complementa con la gestión de apoyos económicos. Sheinbaum mencionó la participación de Marcelo Ebrard en el comité de emergencias y la colaboración con cámaras empresariales para reactivar la economía en las zonas afectadas. Sin embargo, este enfoque en la reactivación post-desastre lleva a cuestionar la prioridad que se le ha dado a la prevención.
La Revelación en los Documentos Oficiales
Al escarbar en las estadísticas del Primer Informe de Gobierno de la actual administración, surge una realidad distinta. Los datos son elocuentes y reveladores: la inversión ejercida para prevenir inundaciones se desplomó durante los últimos dos sexenios.
De acuerdo con las cifras, en el periodo de Andrés Manuel López Obrador (2019-2024), los recursos destinados a este propósito vital fueron de apenas 25,094 millones de pesos. Esta cantidad representa un descenso del 44% en comparación con el gobierno de Enrique Peña Nieto, que ejerció 45,062 millones de pesos.
Conectando los Puntos: Una Trayectoria Preocupante
Pero la investigación no se detiene ahí. Al retroceder más en el tiempo, al sexenio de Felipe Calderón Hinojosa, la comparación se vuelve aún más crítica. En ese entonces, la inversión en prevención alcanzó los 50,280 millones de pesos. Esto significa que, en la actualidad, el gasto en evitar estas tragedias es menos de la mitad de lo que fue hace poco más de una década.
La conclusión es ineludible. Mientras se anuncia con bombo y platillo un fondo para paliar emergencias, la evidencia documental sugiere una desinversión sistemática y progresiva en la infraestructura que podría evitarlas. La pregunta que queda flotando en el aire es crucial: ¿Estamos destinando el dinero a tapar hoyos o a evitar que se abran?